Las papas son uno de los alimentos más populares en la cocina mundial. Su versatilidad y sabor las convierten en un ingrediente imprescindible en una gran cantidad de preparaciones.
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Sin embargo, como ocurre con muchos alimentos, no todas las papas son iguales, y algunas pueden representar un riesgo para la salud si no se consumen con precaución. Un experto en emergencias, Miguel Assal, alertó recientemente sobre los peligros de consumir papas verdes o germinadas, que pueden desencadenar una intoxicación.
@miguelassal Si ves una patata como esta, no la comas . #emergencias #salvarvidas #primerosauxilios #urgencias #seguridad #prevencion ♬ sonido original – Miguel ASSAL
El peligro radica en los compuestos químicos presentes en estas papas, conocidos como solanina y chaconina. Estas sustancias, que pertenecen a un grupo de compuestos llamados glicoalcaloides, son producidas de forma natural por la planta como una defensa contra las plagas.
No obstante, estos compuestos no son inofensivos para los humanos, y su presencia puede tener efectos tóxicos en el organismo. Las papas que presentan un color verde o que han comenzado a germinar son una clara señal de que contienen niveles altos de solanina y chaconina.
Según el portal Medline Plus, la ingesta de solanina puede provocar diversos síntomas como dolor abdominal, diarrea, delirio, pupilas dilatadas, fiebre y alucinaciones.
En el caso de la chaconina, esta sustancia puede generar náuseas, vómitos y diarrea, e incluso problemas neurológicos graves en casos extremos. Por esta razón, es importante tener cuidado al elegir las papas que va a consumir, evitando aquellas que tengan manchas verdes o brotes visibles.
Aunque muchas personas creen que lavar, pelar o quitar las partes verdes de la papa es suficiente para eliminar las toxinas, esta práctica no es del todo efectiva. Aunque sí se reduce parcialmente el riesgo, no elimina completamente las sustancias tóxicas, por lo que consumir papas de este tipo sigue siendo peligroso. Lo más seguro es desechar las papas que presenten estas características.
Otro factor a tener en cuenta es la temperatura de cocción. Aunque algunas de las toxinas, como la solanina, se desactivan a temperaturas superiores a 170 grados Celsius, la exposición a temperaturas muy altas puede dar lugar a la formación de acrilamida, un compuesto potencialmente cancerígeno que se genera en alimentos ricos en almidón cuando se cocinan a altas temperaturas, como al freír o asar las papas.
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La recomendación de los expertos es clara: si una papa tiene un color verdoso, brotes o signos de germinación, es mejor no consumirla. Para estar completamente seguros de su inocuidad, se deben elegir papas de aspecto limpio, sin imperfecciones y de color blanco. De esta forma, puede seguir disfrutando de este delicioso tubérculo sin poner en riesgo nuestra salud.
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