
Así como hay algunos trucos que pueden mejorar la vida y conexión en casa, parece oportuno aclarar la información acerca de situaciones en vacaciones como la de meterse en la piscina después de comer.
¿Qué problemas hay por meterse a piscina luego de comer?
Contrario a la creencia popular, no hay evidencia científica que indique que meterse a la piscina después de comer cause problemas de salud como ahogamiento o corte de digestión.
Sin embargo, comer en abundancia antes de nadar puede ocasionar algunas molestias digestivas como náuseas o acidez estomacal, especialmente si se lleva a cabo actividad física intensa como la natación.
En general, es importante escuchar al cuerpo y ajustar el tiempo de espera según la experiencia personal y la cantidad de comida ingerida. Si se siente pesadez o con molestias digestivas, es mejor esperar un poco más antes de nadar. Hay algunos consejos para disfrutar de la natación después de comer:
- Comer un alimento ligero y saludable. Evitar comidas grasosas, picantes o con alto contenido de azúcar.
- Hidratarse bien antes, durante y después de nadar.
- Comienza con un calentamiento suave y aumenta gradualmente la intensidad del ejercicio.
- Presta atención a tu cuerpo y tómate descansos si lo necesitas.
- Si experimentas molestias digestivas, sal de la piscina y descansa.
¿Cuánto se debe esperar antes de meterse a piscina luego de comer?
Es recomendable aguardar al menos 30 minutos a una hora después de comer antes de meterse a la piscina. Esto permite que el cuerpo complete el proceso de digestión inicial y se reduzca el riesgo de molestias.
La natación es una actividad saludable y refrescante que se puede disfrutar en cualquier momento del día, incluso después de ingerir alimentos, por lo que es oportuno aprovecharla en óptima condición.




¿Cómo aprender a nadar sin clases?
Aprender a nadar por cuenta propia y sin un experto puede ser desafiante pero posible. Aquí hay algunos pasos para hacerlo de manera más fácil:
- Seguridad primero: asegurarse de estar en un área segura y con alguien que pueda supervisar.
- Familiarizarse con el agua: pasar tiempo para acostumbrarte a la sensación y perder el miedo inicial.
- Practicar la flotación: aprender a flotar boca arriba manteniendo una respiración constante y relajada.
- Usar un dispositivo de flotación: un chaleco salvavidas o flotadores es útil para sentirte más seguro mientras se practica.
- Aprender la técnica básica de brazada: practicar movimientos simples de brazos y piernas para moverte por el agua.
- Usar recursos en línea: buscar tutoriales en video o guías que expliquen las técnicas básicas de natación.
- Practicar regularmente: la consistencia es clave. Intentar nadar con regularidad para mejorar tus habilidades y ganar confianza.
- Ser paciente y perseverante: aprender a nadar puede llevar tiempo, así que es valioso celebrar cada pequeño avance.
Es clave remarcar que lo más aconsejable es contar con un experto para que pueda apoyar el proceso, pero, en caso de que se imposibilite, los pasos antes descritos sirven como un apoyo para principiantes.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de redacción, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto.
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