Las psicólogas Mariana Peña y Carolina Díaz explican cómo lograrlo.

Peña es desarrolladora de potencial, magíster en Gerencia del Talento Humano y especialista en Gerencia de Seguridad y Salud en el Trabajo ; Díaz es psicóloga independiente.

Según Peña, es innegable que para un hijo la separación de papá y mamá es muy triste e incluso puede ocasionarle dolores emocionales importantes. “Pero si es una separación consciente; donde la comunicación, la bondad y el amor permanecen, los hijos pueden superar este momento experimentando un valioso aprendizaje para su vida y el futuro que les espera”.

Por su parte Díaz sostiene que en nuestra sociedad es común y normal ver padres separados, y en esto siempre los hijos están en el medio y sufren las consecuencias positivas o negativas de una separación. “Cargan con una responsabilidad por la separación, así pasen muchos años, por el buen o mal manejo que le dan los padres a este proceso”.

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Siguen unidos como padres

La psicóloga Mariana Peña explica y recomienda:

  • Como los hijos aprenden es desde el ejemplo, los progenitores deben convertirse en papás y mamás felices. “La felicidad se aprende al igual que todas las cosas que se les enseña a los hijos, así que al separarse no se debe olvidar que se acaba es una relación de pareja íntima, no es por los hijos, y lo que permanece para siempre una relación de pareja como padres de esos hijos”.
  • Separarse de forma consiente es la clave para que los hijos puedan ser felices; al hacerlo se les está enseñando desde el ejemplo el amor propio, a valorar su vida, a ser felices, el proceso del desapego y aceptar desde el amor que puede haber comunicación y respeto a pesar de no vivir juntos.
  • Para disminuir el impacto de una separación en los hijos recomienda que ojalá ellos puedan ver en ese momento que existe ayuda mutua entre papá y mamá, a pesar de las diferencias, y que se sientan importantes para los progenitores.
  • Explicarles a los hijos, con la verdad y desde el amor, lo que pasa; no confundirlos, para que no exista culpa en ningún padre o madre y menos en ellos. Lo que cambia es la forma de vivir, pero los hijos siguen siendo lo más importante para ambos: papá y mamá.
  • Planificar cómo, a pesar de estar separados, papá y mamá van a compartir los espacios con los hijos, que siguen siendo de ambos y no de uno de los dos.
  • Hablar con los hijos de sus emociones, porque si es un momento que los confunde, al escucharlos y hablarles desde el amor, hará un mejor camino para el cambio de vida que enfrentan. Se trata de poner plena atención en lo que se siente, se dice y se hace con el fin de aprender a llevar una vida donde el amor y el respeto sean protagonistas.
  • No esperar a que la relación se convierta en tóxica, porque no se da buen ejemplo.
  • Importante darse tiempo y espacios como progenitores separados para sanar la ruptura, esto también es para los hijos.
  • El proceso para que los hijos superen la separación de sus padres no se da de la noche a la mañana. “Es importante que ocurra de la mano del amor y la conciencia para que los hijos lo recuerden como un momento donde papá y mamá fue más feliz al tomar esa decisión y no la peor versión de cada uno. Seguro en el futuro lo agradecerán”.
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Para antes y después

La psicóloga Carolina Díaz aconseja:

  • La separación es un proceso que puede suceder en cualquier momento de la vida de una pareja. Independientemente de que se separen o sigan juntos, debe existir siempre la unión y el respeto mutuo.
  • Lo más común es que los hijos queden con la mamá o con el papá y uno de los dos empiece a hablar mal del otro. Hay que evitar hacer esto, evitar comentarios negativos de quien fue su pareja.
  • A los hijos se les deben explicar los motivos de la separación como pareja, porque es común que los hijos se atribuyan la culpa, y cuando no se presenta esa comunicación surge ese sentimiento de culpabilidad.
  • Hay que explicarlo sin aspectos negativos hacia alguno de los dos, que no recaiga la mala fama en el otro para que el hijo no cambie la percepción del padre o de la madre. Que el mensaje para los hijos no sea que el otro es un enemigo que le hizo daño a mamá o a papá, sino que es una separación con amor .
  • Una vez separados y se trató de un proceso legal complejo y se determinó una custodia, cada progenitor debe respetar los tiempos que se acordaron con sus hijos. Que los hijos disfruten, aprovechen y tengan tiempo de calidad con el otro.
  • Evitar involucrarse con la vida de quien fue la pareja; evitar preguntar por qué está saliendo con otra persona, por qué no le pidió autorización para hacerlo, como si todavía fueran pareja, y evitar informarse de todo lo que hacen en el día. Todo esto genera más peleas y discordias que los hijos presenciarán así se hagan de forma física o telefónica. “No meterse en la vida del otro, siempre y cuando no afecte la vida de los hijos, ni su salud física ni emocional”.
  • No menospreciar la forma de crianza que tiene cada uno delante de los hijos. Hay padres que de pronto no tienen reglas o son más flexibles. Si se cae en esto, los hijos van a desarrollar preferencia por el progenitor que les permite hacer más cosas. Para evitarlo, hacer este tipo de correcciones en privado con su expareja, de manera tranquila y dialogada, sin entrar en la crítica negativa sino constructiva para que la crianza se dé de la mejor manera, así no estén juntos.
  • “Desde que haya buena comunicación, se puede dar una buena separación sin que afecte el desarrollo de los hijos”.
  • Mantener siempre una buena relación, así los hijos van a ser felices y entenderán que aunque papá y mamá no están juntos son felices porque están para ellos. “Cuando los hijos identifican que los padres tienen una buena relación, en armonía; que no discuten, ni pelean, los hijos estarán bien. Cuando hay discordia entre los progenitores, los hijos se sentirán culpables de que papá y mamá se pongan bravos”.