Colombia es uno de los países que más consume café, al ser uno de los productos más populares y exportados, por su delicioso saber y riqueza de tierras cafetera. Es normal que las familias colombianas inicien sus días con un tintico o un café con leche, para darse su inyección de cafeína para tener toda la energía. Esto incluyendo a los niños.

Uno de los desayunos típicos en nuestro país es el café con leche, también conocido en algunas zonas como perico, con pan y un trozo de queso. Y aunque es una combinación deliciosa, podría no ser la mejor opción para tus hijos.

(Vea también: Mascotas vs. niños: cuentas de cuánto cuesta mantener a cada uno en salud y alimentación)

La alimentación de los niños influye grandemente en su desarrollo físico, conductual y emocional, por lo que como padres y cuidadores debemos estar atentos a los que les estamos ofreciendo y el impacto que esto tiene en sus vidas.

Así como el café tiene un efecto de llenarnos de energía a los adultos, en los niños tiene un efecto similar, pero amplificado, ya que su organismo es más pequeño y recibe mucho más fuerte la cafeína.

Razones por las que los niños no deben tomar café

La nutricionista infantil Alejandra Toro Pastrana nos explica qué genera el café en los niños y las razones por las que debes evitarlo.

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La doctora Toro afirma que son muchas las áreas en que el café afecta el desarrollo y la conducta de nuestros niños por lo que no es una bebida que deberías ofrecerle antes de los 12 años. Estos son algunos de los efectos en su salud:

  • Genera hiperactividad
  • Constantemente tienen nerviosismo e inquietud
  • Puede tener problemas de conducta
  • Causa insomnio
  • Afecta gravemente su concentración
  • Acelera el ritmo cardiaco
  • Genera gastritis y problemas estomacales
  • Genera dolor de cabeza

Además, esto aplica no solo para las tazas de café en sí, sino para cualquier bebida que incluya cafeína, como algunas gaseosas oscuras. No quiere decir que no puedas ofrecerles nunca estas bebidas pero sí deberías limitarles el acceso durante sus primeros años, al menos hasta pasados los 12 años, que ya están entrando en la adolescencia.