Colombia tiene, generalmente, dos temporadas de lluvias anuales: una que empieza en marzo y puede extenderse hasta la mitad del año, y otra entre septiembre y noviembre.

En 2021, la segunda temporada se alargó hasta febrero de 2022 debido al fenómeno de La Niña, que se registró por segundo año consecutivo. Se trató de algo inusual porque La Niña suele presentarse entre cada dos y siete años, según explicó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

Las lluvias no solo han puesto en alerta al Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD). Hace un par de días, el Ministerio de Salud pidió intensificar la vigilancia por un posible aumento de casos de dengue, chikunguña y zika: al ser enfermedades transmitidas por mosquitos, en lo posible hay que evitar que el agua se almacene en lugares inadecuados.

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Dengue. Foto: Ministerio de Salud

Por esta razón, el ministerio pidió “trabajar con las comunidades con el fin de concientizar acerca del correcto almacenamiento de agua, el uso de toldillos y la consulta temprana a los servicios de salud”.

La Región Caribe es una de las zonas que más podría verse afectada debido a sus condiciones ambientales y culturales, que “son propicias para la ocurrencia de casos”, según la entidad. La situación podría afectar, sobre todo, a los distritos de Barranquilla y los departamentos de Atlántico, Bolívar, Córdoba, La Guajira, San Andrés y Sucre. Otros departamentos en los que podrían incrementarse los casos son Chocó, Casanare y Norte de Santander.

Colombia entró en alerta epidemiológica por la situación del dengue a mediados de septiembre de 2021. En ese momento, el ministerio explicó que existía la posibilidad de que el país experimentara un nuevo ciclo epidémico a inicios de 2022.

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Las cifras del dengue, el zika y el chikunguña en Colombia

En lo que va del año, se han registrado 8.265 casos de dengue, de los que 3.771 (52,1 por ciento) no tienen signos de alarma, 4.302 (52,1 por ciento) sí presentan signos de alarma y 192 (2,3 por ciento) son casos graves, según el más reciente boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud (INS), que corresponde a la semana del 20 al 26 de febrero de 2022.

Los lugares más afectados son Barranquilla (923), Atlántico (592), Norte de Santander (562), Cali (518) y Cartagena (500). 

Casos dengue. Foto: Instituto Nacional de Salud.

Si se comparan estos datos con la semana anterior, del 13 al 19 de febrero, hubo un aumento de 885 casos. Para ese entonces, había un registro de 7.380 casos: 3.367 (45,6 por ciento) sin signos de alarma, 3. 837 (52 por ciento ) con signos de alarma y 176 (2,4 por ciento) de dengue grave.

De chikunguña se han registrado 11 casos en total a nivel nacional. Y de zika, 37, principalmente en Meta (7), Bogotá (6), Cali (5) y Antioquia (5).

Prevalencia del dengue este 2022. Foto: Instituto Nacional de Salud

Aunque efectivamente han aumentado los casos de estas enfermedades, siguen comportándose dentro de lo esperado, de acuerdo con el INS. No obstante, el riesgo sigue latente debido a las características de estas enfermedades y las condiciones que facilitan su propagación, como las lluvias.

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Colombia ha pasado por diferentes epidemias de dengue. El incremento de los casos suele empezar en la Región Caribe, se desplaza hacia el centro oriente y centro, la Orinoquia y la Amazonia, y finalmente termina en el Pacífico colombiano, según lo que han podido determinar las autoridades con base en las epidemias de 2010, 2013 y 2016.

La epidemia más reciente se dio entre 2019 y el primer semestre de 2020, con más de 160.000 casos en todo el territorio nacional. El año pasado, Colombia cerró con 53.334 casos y fue el país de las Américas con un mayor número de casos graves de la enfermedad (864), de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En ese sentido, el dengue es una enfermedad prevalente en Colombia: su transmisión es hiperendémica, pues circulan los cuatro tipos existentes del virus. En otros países como Argentina, Honduras y Paraguay solo circulan tres.

 

Casos de dengue, chikunguña y Zika en las Américas, en los últimos 14 años.

Otras circunstancias que facilitan la presencia del dengue son las deficientes condiciones de salubridad y el acceso limitado a los servicios públicos de algunos departamentos, así como el desconocimiento, por parte de los servicios de salud, de cómo manejar el virus y las temporadas de lluvias, de acuerdo con el INS.

Sobre el zika y el chikunguña, los expertos han podido determinar que los mosquitos que transmiten las enfermedades (del género Aedes) utilizan como criaderos espacios pequeños. Por eso, aconsejan “suprimir” criaderos en agua estancada en las viviendas o cerca de ellas, así como utilizar insecticidas y repelentes sobre la piel.

Eliminar los criaderos es una tarea que se ha complicado en Colombia debido a los cambios en temperaturas y patrones atmosféricos generados por el cambio climático, que incrementa el número de mosquitos y de las zonas favorables para su propagación.

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Un estudio publicado en 2021, liderado por la Universidad Javeriana y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), midió cómo vigilan y responden cinco países de la región (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú) ante las enfermedades transmisibles por mosquitos.

De acuerdo con los resultados, Colombia fue el país con mejor desempeño frente a la planeación y preparación para contener brotes, gracias a las normas de vigilancia del Ministerio de Salud, ya que “permiten hacer una gestión del riesgo de manera ágil, no solo para estas enfermedades, sino para otras transmisibles”. También se resaltó el monitoreo que hace el INS de las enfermedades. 

 

No obstante, Colombia, al igual que los otros cuatro países, todavía debe trabajar en la vigilancia de los mosquitos cuando están en estado de huevo: “La mayoría de los países vigila a los mosquitos cuando son larvas o ya adultos, pero ese es un estadio muy tardío para la vigilancia efectiva”, dijo, al respecto, la epidemióloga Margarita Ronderos.

En este sentido, explicó la experta, hacen falta planes de contingencia detallados para evitar los brotes y no solo tratarlos una vez ya están presentes. “La planeación y la respuesta rápida ante las contingencias marcan el punto de inflexión entre la contención y la mitigación de una enfermedad”, agregó.

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