En los últimos tiempos se ha reconocido un término particular que aplica para hablar de algunas enfermedades que por sus bajos índices de presentación y altos costos en tratamiento para las entidades prestadoras de salud se reconocen como “enfermedades huérfanas”.

Si bien en medicina veterinaria no se manejan los mismos estándares estadísticos en todo el mundo, se pueden reconocer algunas enfermedades pese a la falta de un reporte veterinario o a que muchas de estas se aprecian en animales que mueren en edades tempranas por causa de las mismas o por condiciones anexas a estos males.

Malformaciones congénitas

Aunque son muchas y casi que cada sistema orgánico presenta una amplia lista, por falta de especialistas en neonatología de perros y gatos las primeras evaluaciones se hacen tardíamente sobre las 3 o 4 semanas de vida, a menos que en realidad pasen cosas muy extrañas a los recién nacidos, muchos ven como una pérdida normal la muerte de uno o dos cachorros de una camada más aún si estos no tienen una apariencia muy saludable.

Condiciones ortopédicas

Aunque es muy común escuchar que las razas grandes pueden sufrir de displasia de cadera o que solo los rechonchos bulldogs van a tener sus miembros curvados, existen enfermedades como:

  • Necrosis avascular de la cabeza femoral o el cierre prematuro de la línea de crecimiento distal del cúbito que puede ser secundaria a traumas directos articulares como en el caso femoral en razas muy pequeñas y que llegan a dar signos clínicos muy parecidos a la mencionada displasia o a desviaciones angulares de huesos de los miembros anteriores en semanas o meses posteriores a traumas generalmente por atropellamiento en pacientes que se encuentran entre los 4 a 8 meses. Para estas condiciones también es común el diagnóstico tardío y la solución quirúrgica de las mismas que debe ser llevada a cabo prontamente para evitar mayores complicaciones y dolor.
  • Enfermedad de Addison: conocida científicamente como hipoadrenocorticismo, es simplemente un problema físico que impide desarrollar ciertas hormonas imprescindibles para su organismo. Los perros afectados por esta enfermedad pueden presentar problemas digestivos crónicos, caída de pelo, sensibilidad extrema en la piel o disminución del grosor de la misma, vómitos, disminución del apetito o aumento injustificado del mismo, aumento de sed, aumento de micción, dolor abdominal, frecuencia cardiaca ralentizada, debilidad, apatía y perdida de peso injustificada.
  • Rucelosis: ocasiona abortos, inflamación testicular y puede llevar a la esterilidad. Es ocasionada por una bacteria que es trasmitida por el contacto sexual y por la ingesta de residuos que estén infectados. En las hembras puede producir un aborto y en los machos va a genera una inflamación testicular que puede llevarle a la esterilidad.
  • Leptospirosis: produce vómito, tos, dolor muscular, fiebre y problemas respiratorios. Es producida por una bacteria que se adquiere cuando los perros tienen contacto con agua que está infectada con orina de ratón, pero se puede prevenir vacunando al perro.
  • Pododermatitis: produce cojera, llagas, infección y grietas en la piel. El animal va a mostrar dolor y los síntomas pueden darse por la humedad y por desinfectantes que se utilizan para limpiar.
  • Ictus felino: es un accidente cerebrovascular bastante frecuente entre los seres humanos, pero bastante extraño entre los animales de compañía que hacen una vida tranquila en el seno de un hogar. Es una enfermedad rara entre los gatos caseros ya que están menos expuestos a los golpes, las peleas o las enfermedades que sus compañeros que viven en la calle. En el ictus felino la arteria que se ocupa de llevar sangre y nutrientes al cerebro del animal se rompe, se estrecha o se bloquea total o parcialmente y deja de cumplir su función. Como el riego sanguíneo se ha interrumpido, las células del cerebro no reciben el alimento que necesitan para subsistir y comienzan a morir y a dejar de cumplir sus funciones. Como en otro tipo de enfermedades raras, los síntomas del ictus felino se pueden confundir con otras patologías más comunes: desorientación, visión borrosa, pérdida del equilibrio, nauseas y vómitos, etc.

Dr. César Augusto Cabrejo S.
MV. Universidad de La Salle