La astrología china se divide en 12 casas representadas por 12 animales y un elemento correspondiente, cada uno, por supuesto, con diferentes características. A diferencia del conocido horóscopo occidental, este se lee solo con el año de nacimiento.

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Cada uno de ellos representa unas energías particulares con las que el año trabajará, y quienes nacen en dicho año serán también representados por esas energías. Es decir, quienes nacen en un año representado por el buey son del signo buey, etc. Los animales se repiten a lo largo de la historia pero varían y cumplen ciclos según su elemento.

Esto también quiere decir que, dependiendo del elemento y del animal, el año tendrá ciertos retos, ventajas, características y una cierta “personalidad” que por supuesto, favorecerá a algunos signos, más que a otros, y será beneficioso en algunos planos más que en otros (materiales, sociales, espirituales, etc.).

Así, es fácil determinar cuáles son los signos más inestables y vulnerables a verse inmiscuidos en problemas de infidelidad: el Mono, Caballo y Dragón, por las siguientes razones:

Mono (1932, 1944, 1956, 1968, 1980, 1992, 2004, 2016)

Son considerados amantes de la libertad y de ahí que resulten poco estables con las parejas que llegan a tener a lo largo de su vida, pues suelen flaquear al momento de conocer a alguien que les atrae. Se caracterizan por ser inquietos y les gusta jugar de tal manera que tienen a ser malos como pareja.

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Caballo (1942, 1954, 1966, 1978, 1990, 2002, 2014)

A las personas identificadas con uno de los animales más dóciles que pueda haber en el mundo, se les considera inteligentes y atractivos, pero también extremadamente egoístas, pues se les conoce también por querer priorizar el disfrute inmediato sin reparar en los demás. Los representantes de este signo destacan por ser conversadores y sociables, lo que aprovechan para enamorar a quien les gusta.

Dragón (1940, 1952, 1964, 1976, 1988, 2000, 2012)

Los dragones gozan a fijarse retos constantes en el amor y en su afán de sentirse poderosos suelen pasar de una pareja a otra a lo largo de su existencia. Además, aman tener la atención de todos y son expertos en usar la razón, de ahí que sean extremadamente listos e inteligentes para salirse de cualquier aprieto en la conquista.