La Oficina Federal de Estadística alemana (Destatis) informó este lunes que el 56 % de toda la energía producida en Alemania durante ese semestre, unos 258.900 millones de kilovatios hora, procedió de fuentes convencionales como el carbón, el gas natural o la energía nuclear.

Según la agencia estadística con sede en la ciudad de Wiesbaden, esta cifra supone un 20,9 % más que en igual periodo del año pasado.

En tanto, la proporción de energía generada por fuentes renovables como el viento, el sol o el biogás cayó un 11,7 % respecto al mismo plazo de 2020 hasta quedarse en el 44 %.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, la falta de viento en la primavera en Alemania hizo que el porcentaje de energía eólica se derrumbara un 21 por ciento respecto a igual período del año pasado.

Esto llevó a que la proporción de energía eólica en la cantidad total inyectada a la red eléctrica alemana bajara del 29,1 % al 22,1 %.

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El aporte de 57.100 millones de kilovatios hora de la energía eólica fue el valor más bajo de esta fuente para un primer semestre desde 2018.

Según Destatis, la brecha se cubrió principalmente con una mayor generación de electricidad de las centrales de carbón, que son políticamente controvertidas.

Estas centrales aportaron unos 70.200 millones de kilovatios hora, un 35,5 % más que hace un año.

De esta forma, la electricidad generada a base de carbón representó el 27,1 % de la energía ingresada a la red nacional, frente al 20,8 % que alcanzó en el primer semestre del año pasado.

Detrás del carbón y la energía eólica, el gas natural fue la tercera fuente de energía más importante para la producción de electricidad en Alemania en el primer semestre de este año, con una cuota del 14,4 %, justo por delante de la energía nuclear, que representó el 12,4 %.

La quema de combustibles fósiles como el carbón es cada vez más controvertida debido al cambio climático.

Según la situación legal actual, Alemania debería abandonar por completo la producción de energía a base de carbón a más tardar en 2038.

Los activistas ambientalistas piden que se adelante su eliminación, ya que consideran que es necesario reducir más la generación de dióxido de carbono (CO2), que es perjudicial para el medio ambiente.

El Gobierno fijó en la Ley de Protección del Clima el camino que recorrerá Alemania hacia la neutralidad climática hasta mediados de siglo.

Según esta ley, las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, deben reducirse en un 65 % de aquí a 2030 respecto a los valores existentes en 1990, y en al menos un 88 % hasta 2040.

La mayor economía de Europa deberá alcanzar en 2045 la neutralidad climática, es decir que solo podrá emitir tantos gases de efecto invernadero como puedan ser reabsorbidos.