En esta ocasión la especie a tratar será la pava maraquera, un ave que, de acuerdo con Johan Carvajal Hanrryr, biólogo y profesional ambiental de la administración del ‘Municipio Padre’, cumple un rol muy importante para la flora de esta localidad y demás zonas donde tiene distribución.

“Estas pavas son las reinas de las dispersoras de semillas de los árboles nativos, muy particularmente de la palma de cera, tanto de Ceroxylon quindiuense, que es el árbol nacional, como Ceroxylon alpinum, que crece a menor altura sobre el nivel del mar”, aseguró.

Manifestó que han identificado que consumen los frutos directamente desde las palmas, pero también los que caen al suelo.

Relató que son animales de corto vuelo, pero su biología es la de ser como las gallinas. “Son andariegas, tienen amplios rangos de distribución, lo que las convierte en unos dispersores muy efectivos para todas las especies de flora emblemáticas de nuestra región”.

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Carvajal Hanrryr dijo que la pava maraquera es muy fácil de identificar, pues es un ave grande, más que una gallina, pero su rasgo característico es que los costados de su cara tienen un revestimiento azul brillante que resalta mucho.

Reproducción

Esta pava construye el nido entre las ramas de los árboles o sobre plantas epífitas y lo cubre con vegetación; es de forma alargada y poco profundo. Lo elabora con hojas y peciolos, así como con enredaderas que proporcionan soporte.

Las pavas realizan un movimiento característico con el cuello y la cabeza con el que mueven el nido, se cree que lo hacen para hacer rodar los huevos, limpiar el nido de las impurezas y fortalecer el tejido. La hembra pone 2 huevos color blanco y se encarga de su incubación sin ayuda del macho.

Por qué le dicen maraquera

Johan Carvajal Hanrryr señaló que, a esta pava, cuyo nombre científico es Chamaepetes goudotii, le dicen así porque especialmente cuando vuela hace un sonido similar al de las maracas.

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“En algunas zonas también es conocida como la pava guacharaca, aunque hay que tener en cuenta que hay otras especies que tienen un canto similar”.

Estos sonidos los hacen principalmente cuando están en época reproductiva, que puede ser entre abril y junio o entre octubre y noviembre.

Estuvieron en peligro de extinción

En años pasados, estas aves fueron muy cazadas por los pobladores, pues se decía que su carne era de mejor sabor que la de pollo y la de la gallina, por lo que incluso estuvieron en peligro de extinción.

“En este momento, gracias a las labores de conservación de las distintas autoridades, por lo menos en Quindío, su población se ha recuperado y la pava maraquera está en un nivel de preocupación menor”, destacó.

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Sin embargo, se mantienen los llamados a las personas para que cuiden y conserven, no solo las pavas, sino todas las aves.

“Recordemos que somos reconocidos a nivel mundial por la diversidad de estas especies, y el Quindío, a pesar de ser un departamento pequeño, alberga una gran variedad”.