Desde que el coronavirus empezó a expandirse, los padres del pequeño tomaron todas las medidas necesarias para evitar que Archie se contagiara; por ejemplo, no lo enviaron más al jardín y solo salían de la casa con él cuando tenía sesiones de quimioterapia, informó Daily Mail.
A pesar de todas las precauciones, el niño se infectó de COVID-19 en marzo pasado, por lo que de inmediato fue trasladado a una sala de atención de COVID-19 en el Hospital de Addenbroke, en la ciudad de Cambridge, indicó el diario.




“Fue aterrador ser trasladado a la sala de coronavirus porque no teníamos información real sobre cómo un niño en su posición podría enfrentar al virus”, manifestó al medio Simon Wilks, padre del menor.
Contra todo pronóstico, el pequeño se fue recuperando del COVID-19 y, luego de 6 días en el hospital, los médicos le dieron el alta para que siguiera con el tratamiento desde la casa, señaló el rotativo británico.
Poco después, a comienzos de abril, Simon informó que su hijo había dejado de usar el respirador artificial y que ya no tenía tos; luego, le hicieron una prueba contra el virus y esta dio negativa.
“Es tranquilizador para otros padres ver que un niño tan vulnerable se las haya arreglado tan bien contra el virus”, aseguró Simon al Daily Mail, poco antes de advertir que con esto no quiere decir que todos deban despreocuparse.
En cuanto al neuroblastoma, Metro reportó que Simon y su esposa están recaudando dinero para llevar al menor a Estados Unidos, donde participaría en un ensayo de vacunas que “podría reducir la posibilidad de que el cáncer regrese una vez que Archie está en remisión”.
El objetivo es reunir 230.000 libras esterlinas (unos 1.100 millones de pesos, con la tasa de cambio actual) y ya llevan 186.101 libras esterlinas (más de 908 millones de pesos), según la página Just Giving.
A continuación puede ver más fotos de Archie:
LO ÚLTIMO