Ese es uno de los problemas ‘mundanos’ a los que se enfrentan los astronautas al estar vestidos con su traje especial y con el casco en su lugar. Claramente, la respuesta al interrogante no parece tan obvia y por eso la misma NASA ha buscado a través del tiempo varias soluciones.

El primer dispositivo que se incorporó en el interior de los cascos de los astronautas permitió ‘matar dos pájaros de un solo tiro”. Se trataba de un cubo que, inicialmente, se diseñó para que el astronauta bloqueara sus fosas nasales y pudiera igualar la presión en los oídos, reseña Gizmodo.

Astronauta
Astronauta / NASA

Ese fue un primer paso pero con el tiempo se mejoró el panorama para los astronautas. Así lo confirmó el cosmonauta Robert Frost al ser interrogado al respecto por Quora, quien detalló que ese cubo fue rediseñado por una especie de rueda forrada en velcro, superficie más adecuada para cumplir las veces de rascador.

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Más allá de que parezca broma, la mayoría de astronautas acude a la siguiente salida cuando no solo la nariz sino otras partes del cuerpo les rascan: distraerse y olvidar del todo la presencia de esa molesta sensación hasta que desaparezca.