A esa conclusión llegó Quartz luego de realizar un completo estudio en el que descubrió que los dispositivos móviles con Android le han enviado constantemente a Google las direcciones exactas de las torres de comunicaciones que los millones de usuarios  han tenido cerca, más allá de que ellos tuvieran una configuración de privacidad en la que no le dieran acceso a las aplicaciones a conocer su localización.

Solo con ese dato, Google ya está en capacidad de establecer la ubicación de un usuario en el mapa a través de la triangulación de la información recibida.

Según el estudio, esta situación se empezó a presentar desde este año y los usuarios de dispositivos Android no escaparon a ella así tuvieran apagados los datos móviles, reseña Engadget.

Sin embargo, Google aseguró que los datos recibidos durante este tiempo no fueron usados con ánimo de espiar a las personas sino que sirvieron para mejorar el sistema de entrega de notificaciones y mensajes para los usuarios.

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Según Google, la polémica situación que reveló Quartz se solucionará a finales de este mes para que así no haya lugar a las sospechas.

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