Lo hace a través de un robot encargado del proceso, se llama Daisy y se encarga de desarmar nueve tipos diferentes de iPhones, separándolos en partes lógicas, extrayendo sus componentes y agrupando los materiales reciclables que pueden ser utilizados más adelante o descartados de la forma más segura y razonable, según explica Forbes.

Ese mismo medio tuvo la posibilidad de asistir a la fábrica en Austin, Texas, donde se encuentra la máquina para verla en acción. Apple logró crear un sistema de grandes dimensiones que agarra los celulares según el modelo y a través de un algoritmo los desarma según sus características y materiales.

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Primero, el robot separa la pantalla y la pone en una caneca donde se almacenan estas piezas, ya que todavía no hay una manera de reciclar esta parte de los celulares. Luego, quita la parte donde se encuentra el circuito del audífono para las llamadas y lo agrupa en otro contenedor gracias a que tiene materiales que tampoco son reciclables en el momento.

Finalmente, quitan la batería a través de un proceso de aire helado que la congela y facilita su separación. Estas son escaneadas, guardadas en bolsas para volver a ser usadas o recicladas por el cobalto.

Los demás materiales como tornillos son separados con imanes para reutilizar el titanio, mientras que otros como la cámara, parlantes, el logo y demás son sacudidos del equipo para que caigan en una base y luego separadas.

Este video muestra todo el proceso.