Cómo no emocionarse con esa postal, donde un zipaquireño de tímida sonrisa y espíritu atrevido, hacía su entrada triunfal a París dejando el nombre de Colombia en lo más alto del ciclismo a nivel mundial.

Algunos han seguido su carrera desde hace pocos años, otros ya habían oído hablar de él hace unos meses, y la gran mayoría se despertaba hace una semana con la noticia de que un tal Egan Bernal con tan solo 22 años, podía ganarse el Tour de Francia. Pero todos, aún hoy celebran este triunfo con la emoción de ver a un compatriota dejando el nombre del país en alto.

Como pasa en estas situaciones, muchos se suben al bus de la victoria en diferentes paradas, pero la mayoría tienen ubicadas las salidas de emergencia y se van bajando a medida que la carretera se va poniendo rocosa. 

Esto no es nuevo, y lo hemos visto pasar durante los últimos 20 años, donde el deporte colombiano lentamente ha ido haciéndose a los principales logros de su historia.

Y es que en el siglo pasado, hay algunas gestas heroicas aisladas llenas de talento y buenas intenciones, pero que no dejaron más que un lindo recuerdo por culpa de un gran ausente, el país.

Ese que celebra a rabiar y que saca pecho cuando las cosas salen bien, pero que desaparece en los momentos difíciles. Y al decir país no digo solamente estado, digo país y ahí estamos todos.

Y es que basta con hacer un recuento de las últimas dos décadas y nos encontraremos con:

  • Juan Pablo Montoya (Victorias en Fórmula 1, 500 millas de indianápolis)
  • Maria Isabel Urrutia (Oro olímpico)
  • Edgar Rentería (Campeón serie mundial de béisbol)
  • Mariana Pajón (Oro olímpico x2)
  • Caterine Ibargüen (Oro olímpico)
  • Óscar Figueroa (Oro olímpico)
  • Camilo Villegas (Victorias en el PGA Tour)
  • Nairo Quintana (Campeón en Giro de Italia y Vuelta a España)
  • Egan Bernal (Campeón Tour de Francia)
  • Sofía Gómez (Récord mundial de apnea)
  • Orlando Duque (Campeón mundial de salto a gran altura y Récord Guinness)
  • James Rodríguez (Goleador mundial Brasil)
  • Juan Sebastián Cabal y Robert Farah (Campeones de dobles en Wimbledon)

La lista se extiende mucho si mencionamos a los que se han quedado a segundos o centímetros de haber logrado esa última victoria, sin embargo resaltamos sólo aquellos que lograron el reconocimiento máximo en cada una de sus disciplinas, sin desconocer el éxito individual de aquellos que también sudaron la camiseta representando a nuestra bandera.

Los buenos resultados son cada vez más frecuentes, pero a los ciudadanos nos falta poner de nuestra parte. El estado tiene su gran cuota de responsabilidad, pero nosotros como colombianos, debemos buscar cómo podemos hacer algo al respecto y ser parte de esta linda historia, que hasta el momento han escrito casi en soledad, deportistas llenos de sueños y con muchos sacrificios.

Hay que ir a los festivales deportivos locales, asistir a las competencias de ligas regionales y departamentales. Apoyar masivamente a las diferentes categorías en todas las disciplinas de las que nos hemos vuelto expertos temporalmente. O es que acaso siempre supimos lo que era una chicana, que en salto triple los dos primeros pasos son con la misma pierna, o el significado de la palabra apnea.

Apoyemos las marcas que han optado por patrocinar el deporte y votemos por los políticos que salen en la foto del antes y no después del podio.

Como ciudadanos, tenemos una deuda muy grande con estos deportistas que nos han dado tantas alegrías a cambio de muy poco. Es hora de hacer nuestra parte y ahí sí, poder celebrar los triunfos como un trabajo de equipo. Un equipo llamado Colombia.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.