Enclavado en la subregión de los Montes de María, Mampuján es un corregimiento del departamento de Bolívar que, como otros pueblos, sufrió y sufre la violencia de nuestro país.

En el año 2000, un grupo de paramilitares del Bloque Héroes de los Montes de María, comandado por Edgar Cobos Téllez, alías ‘Diego Vecino’, irrumpió la tranquilidad de esta comunidad asesinando a 12 campesinos y desplazando cerca de mil quinientas personas, dejando heridas que hasta la fecha siguen cicatrizando.

Las memorias describen el 11 de marzo de aquel año como un desplazamiento en que hombres y mujeres sacaron a sus ancianos envueltos en hamacas, cargando a sus bebés y las pocas cosas que lograron rescatar de sus casas mientras el pueblo era desalojado. En su mayoría, se trató de habitantes que se dedicaban al campo, especialmente al cultivo de ñame, maíz y yuca.

Cosechas que por aquellos tiempos, debido a la cercanía con Cartagena, pudieron haber pasado por el plato de comida que me diesen mis padres con dos años de nacido, pero solo sería un ignorante del tema hasta entrado cierta edad, cuando en una clase de periodismo llegué a conocer lo que pasó a hora y media del lugar donde crecí.

Así fue como entonces, pasados 16 años de ese fatídico acontecimiento, se me presentó la posibilidad de caminar las calles arenosas del Viejo y Nuevo Mampuján, las mismas que en su dimensión recogen un pasado de horror y un presente prometedor.

Estando ahí tuve la oportunidad de conversar con sobrevivientes y conocer la historia de primera mano, igualmente el honor de ser partícipe de la memoria colectiva de un pueblo que transmite sus raíces de generación en generación.

No hay duda de que la vida de esas personas tuvo un giro inesperado, mientras que algunas contaron con menos suerte que otras al ubicarse en pueblos cercanos, como es el caso de una mujer con quien tuve el gusto de charlar. Ella, acostumbrada a los quehaceres del hogar y la producción del sembrado, no encontró cabida en otro sitio luego de haber salido forzosamente de la tierra que la vio nacer; sin embargo, pasado el tiempo, germinó como cual semilla al volver a su Mampuján.

Sin antes aclarar que fueron los hombres quienes inicialmente regresaron a reconstruir el olvidado pueblo antes de retornar con sus familias, y así surgiría lo que hoy se conoce como Mampujancito, ubicado al costado izquierdo de La Curva, que da entrada al municipio de Marialabaja.

Tejedoras de sueños

Fue gracias a ese regreso que Gladys, como ha de llamarse aquella mujer, pudo encontrar la resiliencia que le permitió sanar las heridas del pasado, sumándole a eso el arte de tejer tapices en los cuales desahogó el dolor de la guerra, siendo esta una medicina que arropó a decenas de mampujaneras que recuperaron su paz sobre las telas.

En efecto, ese actuar pacifico de sanación llegó a tener tal impacto que las mujeres tejedoras de sueños se alzaron con el Premio Nacional de Paz 2015, consiguiendo que sus confecciones  se convirtieran en símbolo de orgullo para la región y un ejemplo de perdón para el país.

“Cuando no perdonas tu corazón está cargado, te sientes cansado; a la medida que perdonas abres tu corazón, puedes descansar. Aprendimos que el beneficio del perdón es más grande para quien lo da que para quien lo recibe”, dijo en su momento Gladys con total serenidad.

Tiempos de pandemia

Sin embargo, la calma que se ha recuperado, puntada tras puntada, a veces se ve perturbada por la violencia que sigue al acecho de este pequeño corregimiento.

En el mes de junio se conoció que Juana Alicia Ruiz Hernández, líder social de los Montes de María y de las Tejedoras de Mampuján, había recibido llamadas intimidantes por parte de alguien que decía ser comandante del Clan del Golfo y su tranquilidad estaba siendo aturdida por personas que merodeaban su casa.

Por fortuna, esas amenazas fueron contrarrestadas de manera rápida gracias a la solidaridad ciudadana, a personas influyentes del país que hicieron viral el caso y las respuestas de Fernando Carrillo, Procurador General de la Nación, Carlos Alfonso Negret Mosquera, Defensor del Pueblo, Vicente Blel, Gobernador de Bolívar, y Alicia Eugenia Arango, Ministra del Interior, según lo mencionó Juana Alicia en sus redes sociales.

Pero, el llamado de la lideresa va más allá de donde alcanza a llegar la protección que le dan unos escoltas, pues su preocupación no limita en su cuidado, sino que recoge a todos los líderes sociales presentes en los Montes de María, quienes no quieren ver frenadas sus labores de reconciliación y construcción de paz a causa de la violencia.

Reinventarse y resistir

Ahora, mientras esperan conversar con las instituciones del Estado sobre un proyecto de protección colectiva, las tejedoras animan las esperanzas y siguen adelante con sus proyectos sobre telas y retazos que representan en el arte la conservación de la memoria histórica de Mampuján.

La crisis mundial por coronavirus indudablemente golpeó la economía del sector, por lo que tocó reinventarse diseñando tapabocas en donde se plasman, por medio de los coloridos bordados, la siembra, las expresiones artísticas como el bullerengue, la niñez, la pesca y demás prácticas culturales.

Estos son productos que pueden encontrarse en su canal de ventas en internet a través de la página www.latiendadelaempatia.com, donde al igual que el trabajo hecho por las Tejedoras de Mampuján se pueden adquirir artesanías elaboradas por distintas comunidades indígenas y afro.

¡Preservemos nuestras raíces, salvemos a Colombia!

Columnas anteriores

Manuel Vega, con V de victoria

El renacer de un juglar

De sus puños y mis letras

Un imperio alzó su voz

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.