[…] Laura Jiménez escribió un artículo con este titular en la página virtual de la empresa Telebucaramanga, que presta el servicio de telefonía e Internet. Dos errores resaltan en este anuncio publicitario: 1. Se comenzó la oración gramatical con números (3), lo cual es inapropiado. 2. El uso de anglicismos (términos del idioma inglés) no es aconsejable cuando se escribe un mensaje en español (tips). Los «préstamos» de vocablos extranjeros son innecesarios, pues si hay un idioma rico en terminología y múltiples derivaciones es el español. Laura, entonces, debió escribir: «Tres consejos para elegir los mejores planes para Pymes de Internet».

«Despertamos hace cien años en Bogotá, un 15 de enero de 1916…». La oración fue extraída de un artículo escrito por Jairo Dueñas en la revista Cromos. Ese año (1916), efectivamente, apenas hubo un 15 de enero. Luego el artículo indeterminado (un) estuvo mal empleado, puesto que no había otra fecha como alternativa. Es decir, las fechas jamás deben llevar artículo indeterminado si se menciona un año preciso. El que cabe es un artículo determinado, porque precisa una fecha, no otra. Corrección: «Despertamos hace cien años en Bogotá, el 15 de enero de 1916…».

«El uniformado, quien ha denunciado la supuesta red de prostitución al interior de la Policía, fue destituido…». Esta oración corresponde a una noticia del diario El Espectador. ¡No hay peor sordo que el que no quiere escuchar! El antiguo aforismo se aplica a quienes siguen en la terquedad de decir y escribir ‘al interior de’ para indicar ubicación de alguien o de algo en un lugar, o en una institución. No hay día en que no se use ese giro erróneo en la prensa colombiana; los necios siguen creyendo que ‘al interior de’ significa ‘dentro de’. Pues, no. Significa que alguien se desplaza (camina) hacia un lugar y se va a ubicar dentro de él. Para decir lo contrario, simplemente, debe escribirse en, o dentro, que son preposiciones precisas para tal descripción. Corrección: «El uniformado, quien ha denunciado la supuesta red de prostitución en la Policía, fue destituido…».

«Durante el 2014, tiempo en el que era concejal, obtuvo cuatro comparendos (fijadas en resoluciones)». El periódico El Tiempo publicó una noticia sobre el ex concejal guajiro Neider Alberto Acosta, capturado por apoyar en Facebook al grupo delincuencial «Clan Úsuga». El redactor de la nota cayó en dos errores: 1. Usó el verbo obtuvo para referirse a unas sanciones que le aplicaron al citado político. Nadie obtiene sanciones puesto que nadie las busca ni las desea. Si hay quienes buscan ser sancionados deben ser considerados masoquistas. Del verbo obtener dice el diccionario: «Alcanzar, conseguir y lograr algo que se merece, solicita o pretende». 2. Comparendo es un sustantivo de género masculino. Pero entre paréntesis se habla de ‘fijadas’ (como si fuesen resoluciones, o multas, que sí son de género femenino; pero no se mencionan por ninguna parte). Luego no hay concordancia de género entre comparendos y fijadas. Es tanto como escribir «el mamá» y «la papá». Corrección: «Durante el 2014, tiempo en el que era concejal, le aplicaron cuatro comparendos (fijados en resoluciones)». También: «Durante el 2014, al entonces concejal le impusieron cuatro comparendos».

«…periodistas que prefieren guardar el mugre bajo la alfombra…». Sentencia en una nota tomada del periódico virtual Pulzo.com. Allí se hablaba sobre el error de El Espectador al escribir «valdado» (en vez de baldado), pero se cayó en otro error: ‘el mugre’. Luego el corrector se ganó una corrección también. La palabra mugre (sustantivo común) es de género femenino, por lo tanto, no se escribe ni se dice «el mugre», sino la mugre. Entonces: «…periodistas que prefieren guardar la mugre bajo la alfombra…».

«¿Tendrá feeling el nuevo Concejo de Bogotá?». La página de Internet Kien&ke.com preguntó de tal modo en una de sus entregas periodísticas. ¿Tendrá qué? Lo entendieron quienes conocen el inglés, claro. Los demás quedaron «ladrándole a la luna». Seguramente, por esa absurda creencia de que si se usan términos extranjeros se adquiere más relevancia, algunos redactores propician que sus notas no las entiendan todos sus lectores. Pudo haber escrito: ‘sensación, buena imagen’, Luego ¿qué necesidad tenía el redactor de posar como conocedor del inglés? Vana tontería. En Colombia hablamos y escribimos en español, no hay razón para tomar prestados términos del idioma inglés.

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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