Esta dependerá en gran medida de la aplicación efectiva y acelerada de las vacunas, el apalancamiento derivado de la inversión pública, la estabilidad de los precios del petróleo y el mercado de la divisa.

Cuando mencionamos la palabra “economía” no debemos pensar solo en dinero, debemos también pensar en política. Dicen los expertos, que muchos de los asuntos políticos, son problemas económicos no resueltos, o que no responden las leyes de oferta y demanda exclusivamente.

Para la región, la recuperación económica está ligada estrechamente a las decisiones políticas y la estabilidad legal, que permita generar confianza para los inversionistas a mediano y largo plazo..

En la mayoría de los casos, los inversionistas toman sus decisiones basados en las estadísticas y no en las perspectivas, en el comportamiento del mercado apoyado en cifras y no en imaginarios o promesas políticas, por lo que en la medida que se vayan mostrando cifras favorables y reduciendo el riesgo, la inversión irá aumentando y se van generando nuevos empleos que dinamizan el círculo económico de la oferta y demanda.

Acorde a esto, las proyecciones se trazan a cuatro años para que América Latina y el Caribe se recupere a niveles anteriores a la pandemia, encarrilarse en el crecimiento económico y generar niveles de riesgo favorables a la inversión.

El Banco mundial, así como la CEPAL, coinciden en la cifra de crecimiento del 3,7 % para la región en 2021 y de 2,8 % para 2022, comparado con 2020, donde se produjo una contracción del 7,7 %, una de las recesiones más profundas en el mundo.

La inversión no vendrá con la proyección de la vacunación, sino con las estadísticas de vacunados, mientras que los precios del petróleo se mantengan por lo menos estables a los 44 dólares por barril y se proyecte estabilidad política.

El alto nivel de endeudamiento de la clase media, la más numerosa y mayor consumidora, aseguran la supervivencia y rentabilidad de los bancos pero no la colocación de capitales, las deudas internas y externas de los países retraen la demanda y con ello, el aumento de la pobreza, sobre todo en países con una deuda asfixiante como Colombia y Venezuela.

Para la región del Caribe se espera un auge turístico para 2022 impulsado principalmente por la efectividad de la vacunación y la recuperación económica acelerada en USA, Canadá, Europa y Asia que desde ya muestran cifras alentadoras. 

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, parece estar cambiando y evolucionando hacia la cooperación, por lo que el mercado entre estos gigantes puede llevar a la disminución de la demanda para los productos latinoamericanos, o por lo menos, nuevas condiciones de precios y cantidades, mientras tanto, los gobiernos de Latinoamérica siguen sin dar resultados.

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