Tenga 5 amigos colombianos y usted no va a querer suicidarse, va a querer matarlos…”, dijo en broma a Los Informantes este hombre de 38 años que desde hace más de 6 es entrenador, conferencista y motivador con sus temáticas de liderazgo personal.

Yokoi Kenji está trabajando para evitar que jóvenes japoneses contemplen el suicidio como una alternativa en uno de los países del primer mundo con una de las tasas de suicidios más altas.

Cerca de 87 japoneses se quitan la vida diariamente, según el programa Los Informantes, y es el primero de septiembre la fecha en la que más casos se registran motivados por la presión del regreso a clases y la crisis emocional.

Pero para Kenji Díaz existe una solución:

“Los japoneses viven con exceso de paz. El japonés no sabe hacer amigos y por eso entendimos que hacer amistad es un antídoto para evitar el suicidio”.

Por eso es que ‘Turismo con propósito’, que es uno de sus proyectos bandera, invita a que japoneses lleguen a Colombia para compartir su cotidianidad en un hogar humilde de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, pese a las advertencias de su gobierno de no hacerlo.

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El ser humano necesita de cierta dosis de acción y de riesgo y de ahí este proyecto tan loco”, apuntó Yokoi Kenji que ha estado en 18 países de Latinoamérica dictando conferencias sobre éxito y liderazgo.

Lo que sorprende es que en realidad está generando cambios en la mentalidad de las personas (tanto en colombianos como en japoneses) que lo han escuchado en algún escenario o lo han visto en alguna ocasión en internet donde sus conferencias se viralizan con facilidad.

Los japoneses ven que la mayor riqueza de Colombia es la gente…”, afirma Yokoi Kenji y en seguida dice que si tenacidad del colombiano se suma a la disciplina del japonés es posible descubrir una combinación poderosa que podría reversar lo que él siempre ha sostenido:

Que “Colombia es un país rico pero con mentalidad de pobre”.

Kenji Díaz es hijo de padre japonés y madre colombiana. Pasó 14 años de su vida en Yokohama, Japón, a donde llegó después de que su papá lo asaltara el temor de que en Colombia podía ser víctima de secuestro.

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