La ponente de esta iniciativa es la representante a la Cámara por Boyacá, Neyla Ruiz Correa, que llevó un tejo hasta la sala de debate en la Cámara y allí hizo moñona al lograr que este deporte fuera declarado en plenaria como patrimonio cultural inmaterial de la nación.

“Muy contenta en esta mi primera ponencia. Un total éxito. Es un proyecto de gran trascendencia para Boyacá, especialmente para el municipio de Turmequé. Este es uno de los pocos juegos autóctonos de este país”, dijo la representante Ruiz en plenaria.

Del proyecto que presentó Ruiz hubo un artículo que fue eliminado, el quinto, con el cual se buscaba que se diera al juego del tejo la denominación de origen por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.

“El concepto no fue favorable por parte de esta Superintendencia. Sin embargo, esto no significa que la alcaldía (de Turmequé) no pueda hacer el trámite correspondiente para buscar que se logre esta denominación”, resaltó Ruiz en su intervención.

El tejo o turmequé tiene sus inicios en los antepasados indígenas cuando se jugaba con un disco de oro que era lanzado desde cierta distancia. Luego, se usaron piedras para practicarlo, y actualmente se juega con un disco de metal que se conoce como tejo.

La representante Neyla Ruiz con un tejo. / Captura video Cámara de Representantes
El artículo continúa abajo

Para este juego se usa dos canchas en arcilla y consiste en introducir el tejo en un bocín (de tal forma que la parte superior quede hacia el tablero y con la firmeza necesaria para que no se mueva) o hacer estallar las mechas que lo rodean. Se denomina una moñona cuando el tejo revienta una mecha y al mismo tiempo queda enterrado en el bocín.

Esta es la declaratoria del tejo como patrimonio cultural inmaterial de la nación.