La senadora Maritza Martínez llegó este miércoles al Senado y los primeros en recibirla fueron el presidente de la corporación, Ernesto Macías, y su secretario, Gregorio Eljach, quienes se dirigieron hacia ella con una sonrisa.

Ese momento fue retratado por una cámara de El Espectador, imagen que se prestó para suposiciones ya que por la actitud sonriente de las dos cabezas del Senado muchos se atrevieron a especular que la estaban “felicitando”, ya que su voto fue clave para dejar vivas las objeciones a la JEP luego de que prácticamente estaban hundidas.

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La que sí le agradeció a Martínez (y a la también congresista Ana Castañeda) fue la senadora Paloma Valencia, por medio de una imagen que compartió en su cuenta de Twitter: “Gracias por evitar que quienes violaron menores de 12 años estén impunes”, se lee en la foto.

Pero más allá de lo que se ha dicho, la senadora Martínez explicó en plenaria del Senado que si se retiró fue porque no le dieron la oportunidad de hablar para dejar una constancia sobre las objeciones a la JEP que se estaban votando.

“Ayer, no se me permitió intervenir en plenaria, solo logré una corta participación, acudiendo a la moción de orden, y en ella expuse mi malestar por impedirme hacer uso de la palabra pese a llevar dos días escuchando con respeto a todos los senadores. Asimismo, indiqué que aunque apoyo con firmeza la paz, respetando la directriz de mi partido, no votaría las objeciones presidenciales en esas condiciones. Soy abogada, tengo un criterio jurídico que me permite hacer un análisis propio del tema, y no simplemente tener que plegarme a los argumentos de quienes logran el privilegio de intervenir”, explicó Martínez.