El angustiado padre lleva poco más de dos semanas denunciando que ni las autoridades de salud en Norte de Santander ni el personal del centro médico dan razón del cuerpo de su hija, luego de que el pasado 15 de abril falleciera por síntomas relacionados con “neumonía”.

Parada expuso su caso en la emisora Radio Sonar de Caracol en Ocaña, en donde contó que Paola padecía problemas respiratorios y que cuando la ingresaron por urgencias le tomaron una prueba de COVID-19 para descartar que tuviera el virus.

El hombre aseguró en la frecuencia que desde ese día no volvió a saber de los restos de su hija, y que la información que le entregaron es que el caso se había manejado con todos los protocolos para un posible contagio de coronavirus. No obstante, dijo, la prueba que le tomaron salió negativa para COVID.

Parada contó, además, que se enteró de que el cuerpo de la joven al parecer había sido enterrado en el cementerio, pero que al acercarse al campo santo se encontró con una persona que se identificaba como de “salud pública”. Este hombre, dijo, le habría advertido que no siguiera indagando más por el tema porque si eso salía a la luz entonces debía pagar “los aportes que el alcalde le había hecho” para el sepelio.

Por eso, el denunciante les envió un mensaje al alcalde de Ocaña y al personal del hospital:

“Quiero decirles a estos señores que si tienen corazón, que me digan qué han hecho con el cuerpo de mi niña, ¿por qué lo han embolatado? Porque es la hora que no sé dónde está el cuerpo. Es que ni una llamada, y ellos me tenían que notificar del procedimiento porque soy el padre, y uno entiende lo de esta pandemia, pero no entiendo por qué proceden de esta manera”, afirmó.

El Tiempo contactó a Parada para establecer en qué va el caso de su hija, y se encontró con una denuncia aún más delicada de la familia: “He recibido amenazas y me han pedido no sacar el caso a la luz pública. Me secuestraron el cuerpo de mi hija”, dijo.

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Luego de dialogar con el gerente del hospital, Jairo Pinzón López, el medio capitalino asevera que la respuesta fue que el centro médico se apegó a los protocolos del Ministerio de Salud para tratar el cadáver, y que aunque en un principio se manejó bajó sospecha del virus las dos pruebas que le hicieron (una de ellas después de muerta) “salieron negativas”.

Esa misma versión la dio el coordinador del servicio de urgencias, Adrián Rojas, y, según el medio, el profesional aseguró que como no había llegado el resultado de la muestra la oficina de Salud Pública y la funeraria procedieron con “la inhumación del cuerpo”.

“Uno comprende lo difícil que es la situación, y el dolor que debe estar pasando la familia es indescriptible; el cuerpo se manejó de acuerdo con el protocolo que nos exigen e infortunadamente el resultado de la prueba salió negativa”, concluyó Rojas.

Así las cosas, el padre de la estudiante de Pedagogía sigue buscando y preguntando: “¿Qué hicieron con el cuerpo de mi hija?”. Esto, dice, porque en el cementerio le mostraron “tres montones de tierra” y le dijeron que en uno de esos reposaban los restos de su ser querido.