“Una cosa es contarlo y otra es vivirlo”, eso dijo Ferney Jaramillo, uno de los 18 mineros que quedaron atrapados en el socavón de oro El Miñón, ubicado en una zona rural entre los municipios de Remedios y Segovia, en el departamento de Antioquia.
El accidente, al parecer, se produjo por “fallas geomecánicas en una bocamina asociada a actividades de extracción ilícita de oro”, según la Agencia Nacional de Minería (ANM).
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Mientras aguardaban a ser rescatados, los mineros grabaron con sus celulares los momentos que pasaron dentro del socavón. Jaramillo relató esas horas angustiantes en las que aguardaron poder salir vivos.




“Estamos melos, tapaditos, pero melos, gracias a Dios”
Eso comentaba uno de los trabajadores en medio del polvo que los envolvía a él y a sus compañeros. Sin embargo, miraban cómo la tierra seguía cayendo.
Jaramillo comentó en Noticias Caracol que “uno lo primero que debe hacer es manejar la calma, pero lógicamente todos teníamos nervios por dentro porque uno está pensando, ¿saldremos o no saldremos de acá? Porque es mucha la tapazón que había en el momento”.
Este minero también relató que fue fundamental mantener la buena vibra en los momentos de mayor tensión y desesperanza. “Entre nosotros mismos hablábamos, recochábamos allá, como para mantener la mente ocupada. Trabajábamos dentro del hueco botando esa carga que había floja ahí para mantener la mente ocupada y así no concentrarnos en pensar cosas que no deberíamos pensar”, dijo.




En los videos que grabaron, algunos se veían recostados en el piso intentando descansar y otros seguían cavando para poder volver a ver la luz. “Si ellos son avispados, nos toca mochar la manguera al compresor y que nos pongan aire con el compresor”, comentaba uno de los mineros esperanzado en que los rescataran pronto.
La comida, así como el aire, fueron dos cosas que escasearon durante la contingencia, porque “nosotros estamos enseñados que nosotros hacemos la jornada y salimos a almorzar afuera, entonces estábamos sin comida y pues no contamos con que se iba a tapar. Entonces la verdad es que comimos fue cuando salimos y nos dieron fresquito, limonadita”.
Después de tanta oscuridad, el mejor momento fue cuando literalmente empezaron a ver la luz al final del túnel.
“Cuando ya nosotros empezamos a escuchar la gente, la gente que ya escuchamos, cómo golpeaban el terreno sacando y colocaban la madera para ir por nosotros, a uno le daba una emoción nerviosa, que dijimos ‘vienen por nosotros, vienen por nosotros, ya no nos vamos a quedar acá’. Y cuando ya nos dicen ‘asómense, suban, les vamos a tirar un lazo para subir’. Obviamente, cuando yo me guindé de ese lazo que voy para arriba, pues a uno le da como un momento de emoción, de sentimentalismo, y al ver todo ese gentío que está ahí prácticamente luchando por todos nosotros, es muy emocionante”, afirmó Jaramillo.
“La minería la llevamos en la sangre”
Todos los mineros salieron ilesos y bien del socavón. Su plan ahora es ir al Cristo Rey Zaragoza, en el municipio que lleva el mismo nombre, en el Bajo Cauca de Antioquia, para dar gracias por esta nueva oportunidad de vida.
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Pese al susto, Jaramillo tiene algo claro, y es que “la minería la llevamos en la sangre. Eso es algo que, si mañana hay que volver a entrar a la minería, hay que entrar. Uno queda un poquito paniqueado, pero de todas maneras nosotros ya estamos enseñados a pasar por todas estas”.
Fueron más de 50 personas las que participaron del rescate de: Jhofrank Alcaraz, Fredy Álvarez, Kevin Bastidas, Diego Betancur, Pedro Casarrubia, Jhon Castrillón, Juan Conde, Walter Franco, Miguel García, Neider Giraldo, Wilson Giraldo, Ferney Jaramillo, Yury Jiménez, Kevin Montoya, Mauricio Pérez, Aurelio Ramírez, Darwin Velásquez y Carlos Vélez.
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