Una de las historias que marcaron el conflicto armado en Colombia fue el del secuestro de Ingrid Betancourt, excandidata a la presidencia del país.

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Betancourt fue retenida por miembros de las Farc mientras transitaba por una vía del departamento de Caquetá en compañía de su amiga y asistente, Clara Rojas, pese a las advertencias del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) la Policía y el Ejército Nacional, sobre su posible plagio.

La colombo-francesa estuvo en poder de ese grupo ilegal desde el 23 de febrero del 2002 hasta el 2 de julio de 2008, fecha en la que fue rescatada por las Fuerzas Armadas en la Operación Jaque junto con otras 14 víctimas.

Martín Sombra, cabecilla de las Farc, tuvo en su poder a Betancourt y Rojas, tiempo en el que conoció de primera mano la historia del sonado embarazo de Clara Rojas.

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En una entrevista que dio a Semana, Sombra dejó saber que el hombre que embarazó a Rojas no fue asesinado como se había pensado: “Está vivo. Dijeron que estaba muerto, pero no. No lo fusilaron”

En sus declaraciones, el reconocido carcelero de las Farc también reveló que Juaco Sur o Taqueta, como se hacía llamar el entonces joven guerrillero, fue “sancionado por eso” y que Sombra lo forzó a cavar “huecos de basura, leñas y ranchería como castigo”.

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El exintegrante del grupo al margen de ley que purgó una condena de 10 años y ya se encuentra manifestó que en alguna ocasión oyó a Betancourt y Rojas peleando, pues esa última culpó a su amiga del secuestro:

“No joda, ya estamos acá metidas, y si sigue jodiendo, voy y le digo a Sombra que usted está preñada”.