Un total de 72 horas va a completar la lideresa social Estefanía Grajales en una protesta con huelga de hambre frente a las instalaciones de la Unidad Nacional de Protección (UNP), en la calle 17 con carrera 62, en el occidente de Bogotá. La mujer reclama mayores medidas de protección ante las amenazas de las que ha sido víctima por parte de tierreros en zonas marginales y algunos políticos que ha denunciado por corrupción en Soacha, Cundianamarca

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“Tengo un chaleco blindado, un botón de pánico y un celular que me brindó la UNP, pero por ser mujer transgénero no me han dado un esquema completo de seguridad, pese a las denuncias que he hecho de corrupción en Soacha, por tráfico del agua, minería ilegal, desfalco de los recursos en medio ambiente, desviación de dinero en más de 2.000 millones de pesos, violencia de género, entre otras”, le dijo a Pulzo Grajales.

Esta mujer dice que ha sido víctima de ataques y amenazas de personas que quieren silenciarla para que no siga haciendo las denuncias y hasta teme por no poder continuar con su trabajo social. 

“Ya me han hecho múltiples atentados, se me han metido a la casa a asesinarme, me han matado a mis animales, me han abierto los muros de las puertas. Me fui a un conjunto residencial para estar segura y allá me colocaron panfletos, chats con amenazas”, agregó.

Además, Grajales reveló qué es lo que le han dicho en la Unidad Nacional de Protección ante sus requerimientos: “Tengo casi 100 denuncias con Fiscalía y no le he podido dar trazabilidad porque mi vida me la volvieron un infierno. Acá me han atendido, me dijeron que iban a analizar en el caso y me pidieran que me fuera a la casa. Pero yo no lo haré porque he sido víctima de atentados, me tocó tirarme de una moto, en un puente casi me asesinan, en fin. Ya es tiempo que me ayuden”.

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Finalmente, la líder trans indica que se mantendrá firme en su posición de que le asignen un grupo de escoltar para salvaguardar su vida, pues dice que la situación ya es extrema:  “Mal, estoy hasta barbada. Tengo muy buena autoestima, pero no me importa. Seguiré así hasta que sea necesario, me tienen en las ruinas, en la quiebra, las personas con las que trabajo me han renunciado”.