Su nombre no se conocía, pero en el audio le dice a otro, refiriéndose a una mujer: “Pues ella ahorita, marica, como mi general Martínez le debe el ascenso a ella. […] Supuestamente María ayudó para que lo ascendieran. Ella entra como Pedro por su casa allá en el Ejército. […] Yo sí se lo voy a decir de frente […] y le voy a decir: o usted me soluciona lo mío, ya que está endiosada, y me colocan en la Brigada 25 de Aviación donde supuestamente yo iba a estar, porque usted me hizo el cajón, o yo paso la baja, pero antes de irme voy a salir en un noticiero contando todo […] y qué hicimos, qué hicimos para que mi general Martínez llegara”.

Este audio, publicado por Semana junto con otros documentos y testimonios en el artículo ‘Las ovejas negras en el Ejército’, que salpica principalmente a tres generales, desató pocos días después la reacción del Ministerio de Defensa que consistió, entre otros, en el retiro del segundo comandante del Ejército, general Adelmo Fajardo.

Ramírez contó en La FM que su interlocutor es el mayor del Ejército Álex Pérez, y que la ‘María’ que se menciona allí es la misma esposa de Pérez, la señora María Nohemí Sierra. Negó, sin embargo, que sus denuncias tengan que ver con los tres generales mencionados en el escándalo que desató Semana.

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Incluso, reconoció que el general Martínez del que habla en la conversación del audio sí es el actual comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, pero no quiso aclarar, por ahora, lo que hicieron junto con María Nohemí Sierra por el general Martínez.

De acuerdo con lo que le dijo Ramírez a La FM, la información de Semana lo presentó como si él estuviera presionando algún acto corrupto, “cuando sucedió algo diferente”. En sus declaraciones, Ramírez señala al general Luis Alberto Mejía, excomandante de las Fuerzas Militares, actual embajador de Colombia en Australia.

En suma, Ramírez se refiere a actos de corrupción en la Aviación del Ejército, aunque no ahondó en ellos porque aseguró que lo hará cuando sea requerido por las instancias judiciales correspondientes.

Habló, por ejemplo, de la compra de un hangar que terminó pagándose por mucha más plata de la que se había presupuestado, y de los manejos irregularidades con un simulador y el entrenamiento de altura.

Lo que llama la atención es que su denuncia indica que los actos de corrupción se produjeron cuando el general Mejía estaba al mando de las Fuerzas Militares, pero que apenas se comenzaron a destapar cuando llegó la nueva cúpula militar, lo que estaría provocando tensiones y presiones entre esas dos líneas de mando. Será la justicia la que establezca la veracidad de las declaraciones de Ramírez.