
En el ondulante discurso del presidente Gustavo Petro sobre una constituyente (la propuso en Cali en marzo y luego la negó en Córdoba en mayo; y también la ha denominado “proceso constituyente”, “poder constituyente” y “referendo constituyente”), ahora el mandatario da dos pasos más en ese propósito, con lo cual demuestra que tiene su objetivo claro, aunque sus palabras luzcan confusas: nombró ministro del Interior a Juan Fernando Cristo y reiteró nueve temas sobre los que se debería ocupar la constituyente.
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Cristo, que hace unas semanas veía inviable la idea del mandatario, ahora anuncia que una de sus tareas será buscar consensos para llegar a un acuerdo nacional y, a partir de ahí, trabajar en una asamblea nacional constituyente, aunque, en principio, no será para que tenga lugar en el tiempo que le queda de mandato al jefe de Estado.
Todo apunta ahora a que los dos años que le quedan al presidente Gustavo Petro en la Casa de Nariño seguirá moviendo la idea de una constituyente para instalar el tema definitivamente en el debate nacional y convertirlo en la bandera que agitará el candidato que presente la coalición del Pacto Histórico para las elecciones presidenciales del 2026.
De hecho, Cristo ha dejado claro que él le jala a la idea de una constituyente, pero no para el corto plazo. Primero, ha dicho, se debe consultar a los diferentes sectores políticos y gremiales para conocer su opinión sobre las reformas que plantea el presidente Petro, y después para sondear su opinión sobre el propósito de tramitar esos temas a través de una constituyente. El paso siguiente sería el acuerdo nacional del que ha hablado el mandatario desde que llegó a la Casa de Nariño, pero que no ha podido concretar hasta ahora.
Por la llegada de Cristo a la cartera política, el exvicepresidente y excandidato presidencial Germán Vargas Lleras manifestó su disposición a “participar en la constituye”. Esa declaración la recogió el presidente Petro para volver a lanzar los nueve temas que propone como puntos de discusión en esa instancia hacia la que avanza cada vez con más certeza el país.
El jefe de Estado comienza su listado con tres de los ideales más elevados que tiene cualquier sociedad y que, con toda seguridad, podrían sacarse adelante con la aplicación de la actual Constitución, pues son temas de política pública, de ejecución: “Garantía inmediata al derecho universal a la educación, la salud y las pensiones”. Nadie podría discutir que eso es importante.
Después de esa sensible introducción, el mandatario propone otros temas gruesos: nuevo ordenamiento territorial, desarrollo económico y social de los territorios excluidos, reforma agraria, adaptación a la crisis climática, reforma a la justicia, reforma política y pacto por una economía productiva. Son tan generales que ahí cabría de todo. Como cabrá de todo en la última de sus propuestas que, con seguridad, provocará rechazo: “la verdad judicial y el perdón social para una paz definitiva”.




No es la primera vez que el presidente Petro habla del contenido de la constituyente. En mayo pasado dijo que decidiría sobre: “1. La concresión [sic] del acuerdo de paz en materia de reforma agraria, transformación territorial y verdad. 2. La adaptación del país a la crisis climática. 3. El nuevo ordenamiento territorial y la priorización de la inversion [sic] pública en el agua potable y el saneamiento ambiental 4. La reforma politica [sic] y de la justicia. 5. Las garantías inmediatas a los derechos universales a la salud, la pensión y la educación pública gratuita. 6. El estatuto del trabajo. [y] 7. El perdón social después de la verdad, la reparación y las garantías de no repetición para obtener una paz duradera”.
En esa ocasión, a diferencia de los puntos que planteó este jueves, el jefe de Estado puso como un ítem adicional un apéndice sin mayor importancia pues ni siquiera le asignó un número en su lista: el de “otros temas que la sociedad sugiera”. Esto —de lo cual no se habla mucho— es crucial porque una vez conformada una asamblea constituyente, ella misma se dicta sus reglas y, lo más importante, establece los temas de los que se va a ocupar.
Los temas que propone el presidente Petro son sus apuestas, que deberán ser tenidas en cuenta, claro. Se trata de cuestiones que preocupan al país y son una buena invitación a la convocatoria de una asamblea nacional constituyente. Pero cuando esa instancia entre en vigencia cobrará independencia, incluso del propio presidente Petro. En ese punto de autonomía absoluta los integrantes de la asamblea constituyente pueden proponer otros asuntos.
Ese es el temor de quienes se oponen a una asamblea nacional constituyente. Para ellos, lo importante no son los temas que plantea el presidente Petro, que son muy generales, sino su afán por llegar a esa instancia y los temas que después puedan agregarse al debate. Esa zona oscura y desconocida de la constituyente es la que preocupa.
Primero que una constituyente es el poder constituyente y el acuerdo nacional sobre los temas. Propongo:
1. Garantía inmediata al derecho universal a la educación, la salud y las pensiones.
2. Nuevo ordenamiento territorial
3. El desarrollo económico y social de los territorios… https://t.co/HqiF1fJqCu— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 4, 2024
El poder constuyente, que no necesariamente es una constituyente, es para llevar a canon constitucional el acuerdo nacional que no se contempló en 1991 y que tiene que ver al menos con estos puntos que hice públicos:
1. La concresión del acuerdo de paz en materia de reforma… https://t.co/AwCtNZTmIH
— Gustavo Petro (@petrogustavo) May 12, 2024
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