El proyecto de urbanización para víctimas del conflicto armado Cristo Rey se quedó por la mitad. Aunque el dinero para la construcción fue desembolsado por el Ministerio de Vivienda en 2011, la Alcaldía de Fonseca (sur de La Guajira) asegura que ya invirtió todos los recursos y no podrá construir las 175 casas que faltan.

Este proyecto, que contemplaba la construcción una urbanización completa para víctimas del conflicto armado, se inició en 2011 cuando el Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda) destinó 1.006 millones de pesos para la ejecución de obras de urbanismo y 3.813 millones de pesos para 252 subsidios familiares de vivienda.

Dentro del proyecto se pactó que la Alcaldía de Fonseca ‒quien debía ejecutar las obras a través de un contratista‒ también tenía que aportar 446 millones de pesos.

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Sin embargo, al poco tiempo del comienzo de las obras empezaron los problemas. El proceso de construcción tuvo retrasos, y la Alcaldía de Fonseca decidió entregar las viviendas por etapas. Las demoras fueron tantas que en 2018 ‒siete años después del comienzo del proyecto‒ sólo se habían entregado 72 casas, poco menos del 30 por ciento del total prometido. Ese año, el proyecto se detuvo y permaneció dos años inactivo hasta que, finalmente, en diciembre de 2020 Fonvivienda declaró la medida administrativa de incumplimiento.

Casi un año después, en octubre de 2021, la Alcaldía anunció a la comunidad de Cristo Rey que retomaría las obras. Al mismo tiempo, representantes de la administración municipal estaban participando en una serie de reuniones con el Ministerio de Vivienda como seguimiento al incumplimiento del proyecto. Pero, según la cartera nacional, la Alcaldía solo asistió a tres encuentros.

“Es evidente la falta de compromiso e interés en el proyecto por parte de la entidad territorial”, establece Mateo Barrero, subdirector de Promoción y Apoyo Técnico del Ministerio, en respuesta a un derecho de petición enviado a finales de diciembre del año pasado por Jamir Simanca, uno de los beneficiarios.

En marzo, el Ministerio dio inicio al proceso de cobro de parte del dinero desembolsado correspondiente al precio actualizado de los 175 subsidios de vivienda pendientes. Además, determinó que se liberaron los 175 beneficiarios de Cristo Rey para que pudieran aplicar por un subsidio de vivienda en otro proyecto a nivel nacional como Mi casa ya.

Sin embargo, las familias víctimas de Cristo Rey aseguran que recurrirán ante el Ministerio para revisar el valor de las ayudas pues este corresponde al 2011. Hasta el 23 de marzo, la administración local todavía no había hecho el balance de costos, gastos, inversiones, créditos y deudas que se habían asumido frente al proyecto de urbanización.

Hoy, el Minvivienda insiste en que la Alcaldía debe devolver 991 millones de pesos. Mientras tanto, el gobierno local dice que todo el dinero fue invertido en las obras que se hicieron hasta el momento. La situación mantiene enfrentadas a ambas autoridades que solo están de acuerdo en que el proyecto está desfinanciado.

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Qué dice la gente

En medio de las fallidas negociaciones están las familias beneficiarias, quienes son en su mayoría desplazados de los departamentos de Bolívar, Santander y La Guajira. En estos diez años de espera, han optado por hacer plantones en la Alcaldía y enviar solicitudes de información al Ministerio y al alcalde, sin obtener soluciones de fondo.

Actualmente, 175 familias beneficiadas perdieron sus esperanzas en el proyecto y algunos ya están haciendo cuentas para empezar su vida de nuevo en otro terreno. Mientras tanto, las familias que sí hicieron efectivo el subsidio viven en Cristo Rey sin alumbrado público y aseo, y con intermitencias en los servicios de alcantarillado, agua y gas.

“Con el dinero que tengo depositado en el banco Agrario lo que voy hacer es construir en ese lote, porque tenemos compraventa que certifica que son de nosotros”, dice Valeris Epinayú, una artesana que no recibió su vivienda. “Es muy triste que uno como desplazado soñaba con tener su casa y al enterarnos de que el proyecto ya no va es una tristeza para uno y su familia”, agrega Epinayú.

Tercilia García Martínez, otra de las beneficiarias, que salió desplazada de la vereda Colina en la Serranía del Perijá, asegura que ninguna entidad se ha acercado a su familia para notificarle sobre el estado del proceso de la urbanización y las noticias las recibe a través de Berna Jaraba.

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“Me siento muy triste ya que estaba esperanzada y contenta con mi nueva casa que iba a recibir. Con el dinero que me van a reembolsar trataré de comprar una mejora (un lote con una casa prefabricada)”, dice García.

“Siento una frustración que no tiene nombre y no sé cómo explicarlo y no tanto por la mía, lo personal no me preocupa, me preocupa como están las demás personas que conozco”, afirma Berna Jaraba sobre los demás beneficiarios que pagan arriendo o viven en cambuches en los terrenos vacíos de Cristo Rey. “Si nos hubiera dicho ‘les vamos hacer la casa sin pintura porque el material está caro’, lo hubiéramos aceptado. Lo que queríamos era que nos demostraran la voluntad de que sí querían apoyarnos, pero vemos que no”, asegura.

“Ahora uno se queda sin plata, sin casa y sin nada por culpa de ellos. El Gobierno está haciendo su parte, nos dio el subsidio de vivienda. También hicimos diligencias a nivel departamental en Riohacha y tampoco nos dieron solicitudes de nada .Ya uno se cansa”, dice Jamir Simanca.

“Cuando te dicen de arriba (Gobierno nacional) de que aquí abajo (municipio) no están haciendo nada, ellos tienen sus pruebas: el proyecto Urbanización Cristo Rey se terminó y nosotros nos quedamos sin vivienda”, se lamenta Berna Jaraba, líder de víctimas y presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Cristo Rey.

“Lo que tenemos de alumbrado público es porque los vecinos colocaron las luminarias y porque a través del Personero nos hicieron cambio de las antiguas por unas nuevas”, dice Nairobis Jiménez, beneficiaria de la urbanización Cristo Rey y excandidata a las curules de paz de Fonseca.

Asegura, además, que la urbanización tiene problemas con la disposición de basuras porque no pasa el camión a pesar de que pagan el servicio. “Las calles son muy angostas, el sitio donde nosotros colocamos la basura ni la recogen ni nada”.

Además, Jiménez denuncia que lo que más les preocupa es el doble cobro de la factura de la luz. “Nos colocaron la luz de un señor que le dicen el ‘Mono Emilio’. Él llevó su luz hacia el matadero en la vía de Los Altos y lo que hicieron los contratistas es conectar la luz a la de él”, explica Jiménez. “Entonces, el señor cuando necesita hacer limpieza de sus redes en épocas de lluvia nos cobra a nosotros. Aparte de pagarle a Air-e, le pagamos a él”, añade.

¿Qué dice la Alcaldía?

La poca información del proyecto Cristo Rey que la comunidad ha conocido lo ha hecho a través de tutelas y solicitudes de información al Ministerio de Vivienda y la Alcaldía. Hasta la fecha, los y las beneficiarias aseguran que ni la administración municipal ni delegados del Ministerio se han acercado a ellos y ellas para notificarles sobre los inconvenientes del proyecto.

“Radiqué primero el derecho de petición porque quería confirmar que ese proyecto no va. Esa era mi inquietud porque me cansé preguntando de boca, e incluso, personalmente iba a la Alcaldía a que me regalaran una copia del convenio para yo saber si eso estaba funcionando o no y nunca me la dio (el Secretario de Planeación)”, narra Berna Jaraba.

En la respuesta de la tutela presentada por Berna Jaraba, el alcalde Hamilton García Peñaranda asegura que el 9 de marzo estuvo reunido con funcionarios del Ministerio de Vivienda y que “su compromiso como mandatario es salvar el proyecto”.

Sin embargo, reconoce que el proyecto se encuentra desfinanciado y no hay plata para terminar las 175 viviendas. “Estos recursos todos fueron invertidos en las obras de urbanismo del proyecto”, insiste García en el documento refiriéndose al dinero que debe reembolsar.

Además, dice que el préstamo bancario por 500 millones de pesos que el Concejo Municipal le aprobó a la Alcaldía para reanudar las obras tampoco alcanza. “Los costos de ejecución actualmente superan ostensiblemente el valor de los subsidios, inclusive equiparados con los 500 millones, pues el valor de cada vivienda hoy en día está alrededor de los 30 millones de pesos”, dice. En el documento, García les pide “paciencia” a los beneficiarios mientras termina de buscar los recursos para concluir el proyecto.

Lo que sigue

Hacen falta varias etapas dentro del proceso de cobro que empezó el Ministerio de Vivienda y que debe derivar en la recuperación de los recursos desembolsados. Sin embargo, no es claro cuánto puede durar eso.

“Su duración depende de lo rápido que pague (la Alcaldía) la obligación, puede durar más o menos entre cinco meses a cinco años, dependiendo de la complejidad del asunto”, detalla la cartera nacional.

En caso de que la Alcaldía no devuelva el dinero, el Ministerio de Vivienda puede embargar los bienes del municipio. 

Los beneficiarios y beneficiarias de Cristo Rey se reunirán en las próximas semanas para acordar un plan de acción conjunto ante el incumplimiento de la Alcaldía de Fonseca. “Voy a tratar de meter otro derecho de petición al Ministerio para ver si me dan la plata o tal vez una tutela, porque por medio de la Alcaldía no se va a conseguir nada. Si no le contestaron al propio Ministerio, ahora le van a contestar a uno. Ya tocaría hablar directamente con el Gobierno”, afirma Jamir Simanca.

Berna Jaraba dice que “habrá que tomar decisiones con toda la mayoría para dar ideas de qué se puede hacer y qué no. Nos va a dar tristeza por tanto que hemos luchado”.

*Hasta la publicación de este artículo, Deimer Torres, secretario de Planeación de Fonseca, y Hamilton García Peñaranda, alcalde de Fonseca, no habían respondido las llamadas y los mensajes que envió Consonante durante tres semanas para conocer el estado del proyecto y las acciones que está realizando la administración para pagar los 991 millones de pesos que exige el Ministerio de Vivienda.