El hombre presentó una impugnación de paternidad y exigió una prueba para demostrar su parentesco, solicitud en la que un juzgado le dio la razón. No obstante, la menor se negó y su familia presentó una acción de tutela que escaló hasta la Corte Suprema de Justicia.

Al único papá que he conocido durante toda mi vida ha sido J.F.V.”, alegó la menor, que dijo que en el colegio sus compañeros la conocen con los “nombres y apellidos” y que así los quiere conservar, se lee en la sentencia que emitió la Sala Civil de la Corte Suprema, y en la que protege los derechos de la menor.

“No quiero que se burlen de mí ni de mi familia” ni “que alguien que aparece casi 16 años después de que nací aparezca en mi vida y me la revuelque, saber eso me ha hecho sufrir mucho, ya estoy para graduarme y me tocaría cambiar todos los papeles […] ese señor nunca me dio nada y sí me causa ahora un gran malestar y quiere desbaratar mi familia, que son mi mamá, mi papá (el hombre que la crio) y mi hermanita”, fue uno de los argumentos contundentes que presentó la afectada.

El hombre que dice ser su padre apareció en julio de 2018 para hacer la reclamación, pero la familia emprendió acciones legales porque considera que podría presentare un cambio brusco que afecte su estabilidad emocional.

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Y así lo reconoció la Corte, que además rechazó la decisión del juzgado que ordenó la prueba de ADN porque “es inadmisible que se quiera poner en riesgo el derecho de la tutelante a pertenecer a un núcleo familiar y no ser separada de aquel. Se trata de un comportamiento a todas luces reprochable, máxime porque proviene de un funcionario judicial”.

Finalmente, la Corte revocó la decisión del juzgado y amparó “las garantías fundamentales y prevalentes de la menor accionante”.

También, dejó claro que los niños o niñas “con edad suficiente para darse a entender, expresar y exigir el respeto de sus prerrogativas, tienen derecho a renunciar a prueba de ADN” cuando se trate de una disputa paternal.