Se trata de varias conversaciones en las que Prieto y Araceli Rojas, entonces auditora interna de la campaña, habrían sostenido para extraer del Palacio de Nariño información financiera.

Sin embargo, lo que supuestamente pasó después de eso fue lo que llamó la atención de la periodista en Semana:

“¿Qué pasó en mayo de 2017 con la contabilidad de la reelección de Juan Manuel Santos? ¿La alteraron, y desaparecieron información clave? ¿Hubo una operación destrucción?”, cuestionó Dávila en el semanario.

Es lo que los investigadores buscan para determinar los vínculos que habrían existido entre la campaña del expresidente y la constructora Odebrecht, de la que se presume habría financiado de manera irregular la reelección del entonces mandatario.

“Que Dios no lo quiera nos vean entrar y salir de allá, qué va a decir la gente; el auditor, el contador y el tesorero preciso están cambiando la contabilidad… Nosotros no nos podemos prestar a esas cosas… Y en este momento, la verdad, yo no confío en nadie”, habría dicho Rojas a Prieto en una de las interceptaciones, señaló Dávila.

En 10 días, Prieto y Rojas habrían sacado las “cajas de la campaña” del Palacio de Nariño a un local en el norte de Bogotá, en una operación logística reservada que, sin embargo, fue seguida al detalle por la Fiscalía.

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Pero además de eso, Vicky Dávila sugiere la presunta “falsificación de soportes” de pago a empresas de publicidad y la injerencia del expresidente Santos para debilitar la investigación en su contra.

“Altas fuentes me aseguraron que Santos se enteró, llamó a la Fiscalía, preguntó con nombre propio por quién llevaba el caso y aseguró que esa persona lo estaba investigando, pasando por encima de su fuero. Ese día, el expediente pasó a manos de la fiscal Amparo Cerón y ella lo archivó”, subrayó la columnista en el semanario.

El nudo se sigue enredando cuando Rojas admite que aparentemente el expresidente Santos le ordenó no asistir a la Comisión de Acusación de la Cámara, de acuerdo con las interceptaciones reveladas por la columnista.

El espiral de corrupción, señala Dávila, se extendió hasta enlodar a exsenadores como Bernardo el ‘Ñoño’ Elías, el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons, al extraditado exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno e incluso a la poderosa familia Char y al partido Cambio Radical.