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Además de carro, gasolina y pasajes, los privilegios de ser congresista incluyen la gestión de pasaportes y visas gringas para cónyuges e hijos.
Una oficina del Congreso les hace la vuelta, que para ciudadanos implica filas y citas lejanas, en solo unos días. Cada cámara tiene su oficina de protocolo que hace los enlaces con Cancillería. Además de tramitar los pasaportes oficiales que necesitan los legisladores para viajar como parte de su labor, el Congreso le tramitó 48 visas y pasaportes comunes y corrientes a hijos, esposos y esposas, según encontró La Silla Vacía tras una revisión de documentos oficiales.
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En total, incluyendo los pasaportes oficiales, en la legislatura que acabó el 20 de junio del año pasado, la oficina de protocolo de la Cámara de Representantes ayudó a la gestión de, por lo menos, 217 pasaportes y visas de Estados Unidos a los representantes y sus familias.
Pasaporte y visa gringa para las familias
Para los ciudadanos sin el privilegio legislativo, todos los días la Cancillería habilita el agendamiento de citas para sacar pasaporte a las 5 de la tarde. La plataforma, en un buen día, agenda la cita para el día siguiente y, en menos de una semana, se puede ir a recoger la libreta vinotinto.
Sin embargo, sobre las 5.05 de la tarde se cae la página que hace parte del Sistema Integral de Trámites al Ciudadano (Sitac), la plataforma que conecta a los servicios consulares de todo el mundo con la Registraduría Nacional en Bogotá y, tras más de 20 años al aire, se ha convertido en un sistema obsoleto.
Las dificultades para agendar una cita de pasaporte se han convertido en un ecosistema perfecto para que crezca un mercado paralelo que funciona a través de avisos en redes sociales. Por una suma que oscila entre los 50.000 y los 150.000 pesos, los tramitadores de citas que logran agendarle una al cliente.
El escenario, sin embargo, es distinto para senadores y representantes a quienes la Cancillería les tramita los documentos con una solicitud que se hace a través de la Oficina de Protocolo de Senado o Cámara, respectivamente.
En el informe de gestión de la Cámara para la legislatura pasada —específicamente entre el 20 de julio de 2022 y el 13 de junio de este año— hablan de “el trámite y acompañamiento desde el inicio hasta la entrega de los documentos visas y pasaportes” para un total de 217 documentos. El informe de gestión del Senado no incluía un desglose de la información de cada uno de los congresistas, pero se tramitaron un total de 126 pasaportes en la oficina de protocolo de la cámara alta.
Según la revisión que hizo La Silla del informe, en la Cámara de Representantes se tramitaron 18 pasaportes regulares y 30 visas de Estados Unidos para los familiares de los representantes.
Lo que hace la oficina de protocolo es recibir la información de los familiares de los congresistas y hacer puente con la Cancillería para el agendamiento de la cita para quien necesite el pasaporte. La oficina solo puede hacer este trámite con los cónyuges de los congresistas y los hijos menores de 25 años, demostrando con el registro civil del hijo y el registro de matrimonio del cónyuge.
Las visas se tramitan a través de la ventanilla diplomática de la embajada de Estados Unidos en Colombia, que es la única sede diplomática en el país que ofrece un servicio específico para que funcionarios del Estado puedan acelerar el trámite de sus visas.
Como ocurre con los pasaportes, el agendamiento de citas para sacar las visas gringas se ha convertido en una pelea constante con las plataformas digitales. Por las citas que estuvieron represadas durante la pandemia, en promedio, un colombiano tenía que esperar cerca de 26 meses para poder acercarse a sacar su visa gringa por primera vez o renovar una visa que se hubiese vencido hace más de un año.
La espera para una cita se volvió tan larga, que las representantes de la Cámara de Estados Unidos, María Elvira Salazar y Susie Lee presentaron un proyecto de ley bipartidista para acelerar las solicitudes de visa. La idea de la “ley de reducción del tiempo de espera de los visados al visitante” es que el periodo del trámite de las visas no sobrepase los 100 días.
Pero la ventanilla diplomática, a la que tuvieron acceso 33 representantes y 30 de sus familiares en la legislatura pasada parte de unos tiempos de espera mucho más cortos. Los representantes reciben ayuda de la oficina de protocolo de la Cámara para que, al día después de que llenen el formulario de ocho páginas en la plataforma de la embajada, les sale la cita para que vayan a la sede de Estados Unidos en Colombia.
El tiempo de trámite, entonces, suele ser ocho días para tomarles las huellas —a aquellos congresistas o sus familias que no han tenido visa— o de 10 días si se trata de un proceso de renovación de la visa, según la discrecionalidad de la embajada, que es la única autoridad en estos procesos de visado.
Además de los congresistas, a la ventanilla tienen acceso las Fuerzas Militares, los magistrados de las altas cortes y todos los miembros del gobierno nacional.
La vuelta de los pasaportes azules
Los pasaportes oficiales son el documento que identifica a un congresista en el exterior. Estos los reciben cuando deben cumplir con una agenda particular o por un tiempo específico en el extranjero, como parte de su labor en el Congreso. Solo congresistas, magistrados del CNE, generales, la alcaldesa de Bogotá, gobernadores, asesores de la Presidencia y los altos rangos de la Iglesia católica pueden sacar esta libreta de color azul.
En la legislatura pasada, se tramitaron 138 pasaportes oficiales para representantes a la Cámara, según la base de datos que hizo La Silla con la información de la gestión presentada.
Como ellos, sus cónyuges e hijos, menores de 25 años, pueden tramitar el pasaporte oficial a través de la oficina de protocolo de la Cámara, como se establece en la resolución 6888 de 2021 que firmó Marta Lucía Ramírez cuando era vicepresidenta y canciller. En la Cámara, se tramitaron 41 pasaportes oficiales para los familiares de representantes durante esta legislatura.
Por las características de los pasaportes oficiales, su trámite implica una autorización adicional de la Cancillería, que debe estar al tanto de los viajes que los congresistas van a realizar y por eso se tramita desde la oficina de protocolo. Pero la misma oficina también ha ayudado en el trámite de pasaportes regulares y visas de Estados Unidos para las familias de los representantes.
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