Las cifras de muertes por COVID-19 crecen en colombia (ya superan las 47.000) y son familias enteras las que han tenido que afrontar el dolor por el deceso repentino de sus seres queridos.

Otros miles de colombianos se han quedado sin sus trabajos, y varios cientos han tenido que cerrar sus negocios, por lo que la pena y la resignación hacen parte de su vidas.

Con un escenario tan complejo que ha dejado el 2020, muchos se preguntan cómo superar momentos tan difíciles y, según Trujillo, se debe aceptar el dolor y liberar las emociones que surgen.

Incluso, en una reciente columna, la autora dice que sentir el dolor puede ser el paso previo a un posible renacer.

Lee También

El siguiente es el texto completo, escrito por Silvia Trujillo, que detalla los consejos para afrontar las crisis emocionales en pandemia:

“Cómo asumir las pérdidas que ha dejado la pandemia

Muchas personas han perdido sus trabajos, sus negocios, sus empresas y a familiares y amigos por cuenta de la pandemia y tal vez ahora tienen dolores emocionales que no saben cómo afrontar.

Lo primero que les quiero trasmitir a todas estas personas es que ninguna pérdida es más importante que otra. Como lo escribo en mi libro Renaciendo al dolor, recientemente publicado por Letrame Grupo Editorial, el dolor es dolor y punto y solo quien lo siente tiene derecho a calificarlo. Todos los dolores son válidos, vengan de donde vengan, porque lo que nos debe importar es el doliente, no el origen del dolor.

En mi concepto, es necesario dejarse sentirlo porque solo así es posible renacer; si el dolor no nos cambia, por lo menos nos moldea, y si no pasa ninguna de las dos anteriores, perdimos una de las pocas cosas buenas que este tiene. Cuando perdí a mi hija de 7 días de nacida hace cuatro años, solo pude renacer al dolor cuando me permití sentirlo totalmente y dejé que me transformara.

Todos iniciamos un proceso de duelo después de una pérdida y una pérdida emocional es cualquier tipo de sensación de dolor que se genera en nosotros porque alguien o algo que teníamos ya no está. Gracias a mi experiencia personal puedo decir que un duelo nos puede transformar si le cambiamos la connotación negativa que por lo general le damos.

Reconocerme diferente después de este proceso ha sido parte fundamental en mi renacimiento. Si hubiera seguido creyendo igual, pensando igual y relacionándome igual, no estaría escribiendo estas palabras, no habría iniciado tantos proyectos, no habría podido ser mamá de nuevo.

Renacer al duelo no significa que el dolor vaya a dejar de doler ni que la tristeza no vuelva, tampoco es una cuestión de valentía o de fortaleza. El renacimiento al duelo surge de la humildad, de la entrega, de saber que hay planes más allá de nosotros. Surge de decidir escoger el amor, y esto implica aprender a pedir ayuda, los duelos no se sanan solos, ni simplemente dejando que el tiempo pase.

Es importante entender que el dolor no es lo mismo que el sufrimiento. Sentir dolor es parte de nuestra experiencia humana, viene con el “paquete”de estar vivos. Por su parte, el sufrimiento es opcional, surge de la historia mental que nos contamos a partir de lo que sucedió o está sucediendo. El primero es una respuesta emocional natural, el segundo es una interpretación mental. Puedo elegir cómo respondo a lo que sucedió en lugar de sentirme condenado por lo que pasó y cargarlo de historias mentales adicionales que no me van a ayudar a sanar.

Muchas de las personas a quienes acompaño en sus procesos de duelo me preguntan cuándo terminará y yo les respondo que el duelo tiene su propio tiempo. Es imposible medirlo en días, meses o años. Varía dependiendo tanto de la persona como del dolor. Suelo responder que el duelo sana “a veces”. Cuando nos vamos permitiendo aceptar el dolor y liberar las emociones que surgen, cuando decidimos responder ante lo que sucede en lugar de evadirlo o quedamos condenados, cuando pedimos ayuda y decidimos quienes queremos ser a raíz de la experiencia dolorosa.

Creo que el duelo es un proceso individual que no se vive en etapas concretas y ordenadas, sino que es un proceso en el que se combinan diferentes momentos, por lo tanto, si estás atravesando un pérdida no te preguntes en qué etapa estás, mejor déjate sentir las emociones como vengan, atravesarlas y aunque sea incómodo y doloroso, va a ir pasando y alivianando, ya que un duelo no se puede posponer, saltar, evadir ni estancar, la única forma de sanar un duelo es atravesándolo”.