Para eso, las sillas deben estar ubicadas en zigzag, no pueden haber creyentes de pie, niños, niñas y adolescentes no deberían ingresar, y el aforo total no debe superar las 50 personas, indicó el Gobierno.

Además, los feligreses tendrán que utilizar el tapabocas en todo momento, y tomarse la temperatura antes de entrar a la iglesia, que debe anunciar de los horarios de la celebración religiosa con antelación.

Las personas deben abstenerse de llevar cirios, velas o velones y evitar portar carteras u objetos no necesarios para el culto.

“Un aspecto importante es no saludar de manos, besos ni abrazos, y si presenta comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, VIH, obesidad, desnutrición o es mayor de 60 años, debe abstenerse de ir”, indicó Claudia Cuella, directora (e) de Promoción y Prevención.

Los responsable del culto, que deben llevar protección ocular, también deben garantizar puntos para que los feligreses se desinfecten las manos con alcohol glicerinado, y las suelas de los zapatos. Asimismo, no deben permitir que personas con fiebre o síntomas gripales ingresen.

Las ventanas y puertas deben permanecer abiertas, y no por ningún motivo se puede compartir documentos o papelería de mano a mano.

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Finalmente, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, dijo en Blu Radio que la comunión (para los católicos) sería entregada en las manos y no se permitirán los cantos.

Las iglesias que quieran reabrir en medio de la crisis por el coronavirus deben adoptar este protocolo y esperar autorización del Gobierno.