Escrito por:  Redacción Nación
Jun 5, 2024 - 8:34 am

El proceso de paz más importante que ha vivido el país, llevado a cabo con las Farc, permitió la desmovilización de la guerrilla más grande de Colombia después de 50 años de guerra y un Acuerdo de Paz para poner fin a la violencia con esa organización. Firmar semejante hecho histórico depositó enormes responsabilidades sobre quienes lo suscribieron, por ambas partes. La dimensión histórica de ese hecho implicaba un compromiso sin dobleces. Pero hubo quienes plasmaron su rúbrica, pese a que sabían que no lo cumplirían.

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Las Farc se comprometieron a entregar todas sus armas a las Naciones Unidas, a no incurrir en delitos como el secuestro, la extorsión o el reclutamiento de menores, a romper sus vínculos con el narcotráfico y a cesar los ataques contra la fuerza pública y a la población civil. Aunque muchos aspectos del Acuerdo están aún por desarrollarse, hubo quienes, habiendo comprometido su palabra con lo pactado, retornaron a las armas. Es el caso de Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’, y de Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’, entre otros, que volvieron al monte y crearon la disidencia ‘Segunda Marquetalia’.

Otro es el caso de alzados en armas que pertenecían a las Farc, pero que se opusieron a la negociación de paz con el Estado, como Néstor Gregorio Vera Fernández, alias ‘Iván Mordisco’, que nunca firmaron nada y se organizaron en una disidencia de las Farc bajo la denominación de ‘Estado Mayor Central’ (Emc). Las dos facciones se degradaron y se dedicaron de lleno a actividades como el narcotráfico. Ese hecho, más que motivaciones ideológicas o políticas, las tiene inmersas en una sangrienta guerra en disputa por territorios y rutas del narcotráfico. Con algunas estructuras del Emc el Gobierno del presidente Gustavo Petro tiene negociación.

El país todavía recuerda con dolor el momento en que alias ‘Iván Márquez’ y alias ‘Jesús Santrich’ atendieron a periodistas españoles en Oslo. Los dos ya dejaban ver la ligereza con que tomaban los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. Cuando les preguntaron si estaban preparados para pedirles perdón a sus víctimas en Colombia si se concretaba el Acuerdo Final de Paz, alias ‘Jesús Santrich’ respondió: “Quizás, quizás, quizás”.

‘Jesús Santrich’ terminó muerto en una emboscada en la serranía del Perijá, en límites con Venezuela, mientras que ‘Iván Márquez’ sobrevivió a un atentado y se recuperó en Caracas, bajo el cuidado del régimen de Nicolás Maduro. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) lo expulsó y también avaló, junto con la Corte Suprema de Justicia, una orden de extradición a Estados Unidos por crímenes de narcotráfico.

Ahora acaba de suscribir un documento, este martes por la noche, cuyo texto no habla de un cese bilateral de fuegos, sino de una política de desescalamiento del conflicto que consiste en que manifiesta que no incurrirán en prácticas de secuestro, que no atacarán a la fuerza pública, que no usarán las armas para constreñir a las comunidades. O sea que adoptan varias medidas de manera unilateral para propiciar un clima propicio para que avancen las conversaciones, algo que el Gobierno Nacional valora de manera positiva.

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Alias ‘Iván Márquez’ estuvo presente en los dos días de la reunión que culminaron en la noche del martes. “Está en plenas capacidades para comprometer su voluntad en este camino tan difícil y tan complejo de la paz de Colombia”, dijo en Caracol Radio el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Armando Novoa, jefe del equipo negociador del Gobierno con la ‘Segunda Marquetalia’. Y preguntado en esa emisora sobre si ‘Iván Márquez’ ha cambiado y si está en una tónica diferente, el negociador dijo que esa disidencia invoca “unas razones para haber adoptado el camino de rearmarse luego de haber firmado el Acuerdo de Paz”.

“El Gobierno Nacional no entra en controversias sobre las razones por las cuales ellos tomaron ese camino”, subrayó Novoa en la misma emisora. “Lo que nos corresponde es verificar que existe una verdadera voluntad de paz y que se adopten medidas inmediatas para desescalar el conflicto de Colombia, a efecto de que la mesa de conversaciones que se ha instalado pueda llegar a un buen rumbo y podamos en el menor tiempo posible avanzar a una solución del conflicto con este grupo en armas”.

La instalación formal y bilateral de la mesa con la ‘Segunda Marquetalia’ que encabeza alias ‘Iván Márquez’ será el próximo 24 de junio de 2024 en Caracas. Según Novoa, citando “informes de organismos competentes y de inteligencia del Estado”, está organización está conformada por unas 1.800 personas en armas, una cifra sorprendente si se considera que ese pie de fuerza lo habría conseguido reunir en muy poco tiempo.

El dato, de todas maneras, es importante porque sirve como base de futuros análisis. Hasta ahora, ha quedado probado que los grupos armados que adelantan conversaciones con el Gobierno Nacional han incrementado su número de integrantes la cobertura de los territorios donde delinquen.

Además de superar el escollo de que alias ‘Iván Márquez’ y los otros que traicionaron el Acuerdo de Paz no tienen derecho a ningún tratamiento diferencial y deben someterse a la justicia ordinaria, esta negociación también enfrenta una dificultad quizá más grave: la falta de credibilidad en la palabra de alguien que ya firmó y se comprometió con un acuerdo de paz, pero que no cumplió sus compromisos.

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