Una marcha anticorrupción no puede ser tal cosa si la convoca el Centro Democrático

Santiago Gamboa sostiene que, en realidad, la de este sábado “se trata de una movilización más contra el Gobierno y el proceso de paz, y el lanzamiento de su campaña 2018”.

El columnista de El Espectador destaca la reciente discusión entre el senador Juan Manuel Galán y Álvaro Uribe: “Entre otras cosas porque la respuesta del expresidente, cual jefecillo mafioso de barrio cobrando un puesto diplomático, acabó de hundirlo aún más en el ridículo”, y concluye:

Como suele suceder en Colombia, la suerte del Centro Democrático y sus compinches —como Ordóñez, destituido por tramposo y corrupto— depende de ese medidor que hemos llamado el IIB, la Ignorancia Interna Bruta: entre más ignorante y menos educada es la gente, mejor le va al CD, pues pueden tergiversar, disimular y falsear a sus anchas”.

“Nicolás Maduro ha eliminado cualquier vestigio de democracia en Venezuela”: Carlos Alberto Montaner

“El país se aproxima a una terrible catástrofe humanitaria, por una combinación letal entre el pésimo gobierno y la corrupción”, vaticina el columnista del diario uruguayo El País, a partir de la supresión del parlamento por parte del Tribunal Supremo de Justicia venezolano:

Ahora continuará la dictadura, pero sin tapujos y con mano aún más dura. El camino está libre para acusar a los diputados de traición a la patria. O de lo que se les ocurra”.

Montaner presagia que la OEA invocará la Carta Democrática Interamericana, y lamenta que Estados Unidos no declare abiertamente al gobierno de Nicolás Maduro como un peligro internacional:

¿De qué le sirve al Departamento del Tesoro de Washington perseguir a los jerarcas del fútbol por corrupción, o a una docena de banqueros por blanqueo de capitales procedentes de la droga, como señala la DEA, si Venezuela es un narcoestado impunemente dedicado a todos esos menesteres y a parada y fonda de las narcoguerrillas colombianas?”

Un equipo de fútbol donde manden los jugadores vivirá en el caos

“En un club serio, organizado, no se hace lo que los jugadores por simple capricho quieran hacer”, opina el exfutbolista Javier Castell López, argumentando que las grandes decisiones deben ser “derechos reservados a los directivos”.

El ahora entrenador y columnista en El Heraldo considera que los jugadores de fútbol son “trabajadores y artistas”, o como él mismo lo traduce en su texto, “son mano de obra y son el producto”, algo que les otorga ciertos privilegios, pero defiende la idea de que los directivos deben marcar distancia:

Son sus jefes, no sus pares”.

Castell concluye que algunas decisiones pueden ser consultadas con los futbolistas “por su calidad de empleados especiales”, pero un club que les da la última palabra vivirá “generalmente, muy cerca del fracaso”.

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Santos: un presidente de alta popularidad internacional, pero sin aprobación nacional

“Durante el último año Colombia ha vivido una situación muy parecida a la de varios países de Latinoamérica, e incluso a la de algunos de Europa: un gobernante impopular. El presidente de Colombia lleva ya un buen tiempo con una desaprobación superior a 75% lo que refleja una gran pérdida de credibilidad y una ruptura definitiva entre la sociedad colombiana y sus gobernantes”, dice Roberto Rave Ríos, columnista de La República.

Según Rave Ríos, la ilegitimidad de un presidente impopular tiene que ver con “los procesos democráticos que derivaron en su elección y que su gobierno lleva a cabo”. Indica que un factor común de la impopularidad de los gobiernos son las campañas políticas que estuvieron envueltas de acertijos, dudas y cuestionamientos por parte de la sociedad civil.

Un ejemplo de esto fue lo ocurrido con el Plebiscito por “una paz justa y duradera” en Colombia. El presidente, haciendo uso desmedido de la estructura del Estado, perdió unas elecciones que después ignoró por no tener el resultado a su favor”.

El ‘brexit’, una metamorfosis que convirtió al Reino Unido en una cucaracha

¿Cómo salir delante de manera sensata y respetable?, se pregunta el columnista de El Español David Jiménez Torres en un texto en el que compara al Reino Unido con ‘La metamorfosis’ del escritor Franz Kafka.

“Una mañana, tras un sueño intranquilo, el Reino Unido se despertó convertido en un monstruoso insecto. Así podría comenzar una versión moderna de ‘La metamorfosis’ porque esa obra capta una de las grandes paradojas de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, ese proceso que recibió su ratificación oficial esta semana con el ominoso “no hay vuelta atrás” de Theresa May”.

Para Jiménez, el voto a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, por insólito y problemático que resulte, ha generado una lógica propia “que nos acaba atrapando”.

Cada acontecimiento que muestre que el futuro ubérrimo pintado por los defensores del ‘brexit’ era pura fantasía será interpretado como un acto malévolo de los burócratas europeos, un mezquino intento de castigar a los británicos por haberse atrevido a ser libres”.