Akerman trajo a colación algunos detalles de amenazas de muerte contra el columnista de la revista Semana por investigar a Álvaro Uribe. Por ejemplo, dice que Coronell, su esposa y su hija Raquel recibieron 2 coronas mortuorias en mayo de 2005 y otras amenazas que llevaron a que la familia se fuera de Colombia ese mismo año.

Según señala la columna de Akerman en El Espectador, Daniel Coronell pudo descubrir que todos los elementos y amenazas “provenían del computador del señor Carlos Nader Simmonds, amigo cercano del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez”.

También denuncia que en otro momento, en 2007, Coronell regresó al país con su familia porque pensaba que las amenazas se habían calmado y podía ejercer de nuevo su labor periodística. Sin embargo, se presentaron varios hechos extraños cuando asumió, de nuevo, la dirección de Noticias Uno y comenzó a usar un celular, cuyo número solo tenía su familia y los reporteros de ese medio.

“El 1º de julio de ese año, el periodista recibió una llamada de un número que no aparecía registrado en su libreta de contactos y del cual él no sospechaba de quién era”, revela Akerman, que agrega que la llamada era de nada más y nada menos que del Santiago Uribe, hermano del expresidente Uribe, para reclamarle por una columna que Coronell había escrito en Semana sobre los negocios de la familia de los Uribe Vélez.

“No era difícil adivinar de dónde había sacado el privado número el hermano del presidente. Lo que no sabía el reportero era que el mismo Uribe Vélez le había ordenado al entonces director del DAS determinar quiénes eran las fuentes que le suministraban la información sobre los hechos que la familia presidencial quería mantener en el anonimato”, señala Akerman.

Y denuncia que el número de celular de Daniel Coronell estaba ‘chuzado’ y aparecía en un archivo del DAS llamado “60949.html” porque no se quería poner su nombre porque era ilegal, entre otras cosas, debido a que no había una base jurídica para interceptar legalmente al periodista.

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Otro episodio que revela Akerman en su columna se dio en 2007, cuando el entonces secretario general de la Presidencia de la República, Bernardo Moreno, les dio instrucciones que venían del entonces presidente Álvaro Uribe a la directora del DAS, María del Pilar Hurtado, y al director de Inteligencia de esa entidad, capital Fernando Tabares.

Según dice, en un encuentro con ellos, Moreno les dijo que el interés de Uribe era que lo mantuvieran informado sobre cuatro personas y temas particulares: el periodista Daniel Coronell, Gustavo Petro, Piedad Córdoba y la Corte Suprema de Justicia.

El columnista va más allá y dice que en otro momento el entonces coordinador de Operaciones del DAS, Fabio Duarte, autorizó para que un vehículo de esa entidad persiguiera a Coronell y a su esposa, María Cristina Uribe, los fines de semana. Incluso, cita un testimonio de la entonces subdirectora de Operaciones del DAS, Martha Inés Leal Llanos, que afirmó que también accedieron a información de movimientos bancarios de la familia Coronell Uribe para conocer, entre otras cosas, “en qué ciudad, por qué sector, a fin de dar con su ubicación de domicilio”.

Akerman afirma que trae a colación los detalles de las amenazas y la persecución por un artículo reciente en contra de Daniel Coronell, y que publicó el portal KienyKe, cuya autoría es de un excomisionado de televisión llamado Fernando Álvarez.

“Este señor, como lo establece El Tiempo el 11 de febrero de 2008, es amigo y una ficha del señor Juan Gonzalo Ángel. Tan cercanos son que Álvarez terminó en la junta directiva de la compañía de televisión por cable de Ángel justo después de ser comisionado”, denuncia el columnista.

Finalmente, dice que Coronell nunca ha renunciado a su labor de investigar e informar. Y, al igual que él, otros periodistas y columnistas, entre los que se incluye, seguirán en su labor pese a las amenazas  y campañas difamatorias.

Sobre eso únicamente puedo decir que no tengo nada que ocultar, no me da miedo, no le temo a las agresiones que vienen y seguiré informando e investigando.