En su columna en la revista Semana, la periodista los calificó como “Guardianes de la reconciliación” que “a la mínima trampita pelan el cobre”, esto en alusión a varios políticos que esta semana condenaron la designación de Jorge Tovar Vélez como coordinador de víctimas en el Ministerio del Interior.

“Lo paradójico, lo hipócrita, lo irritante es que salgan a rasgarse las vestiduras alegando solidaridad con las víctimas, los mismos que defendieron las curules para autores de crímenes de lesa humanidad”, dijo la columnista al cuestionar a esos que “no les preocupó que [las Farc] reclutaran niños, ordenaran asesinatos, ataques a poblaciones, secuestros, desplazamientos, extorsiones, atentados sangrientos y demás espantos”.

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Acto seguido y para sustentar sus señalamientos, Hernández-Mora mencionó puntualmente en el semanario a varias figuras públicas que cuestionaron el nombramiento del hijo del exjefe paramilitar y recordó los antecedentes por los que, a su juicio, dicha postura resulta “incoherente”.

Por sus críticas a la citada designación, al exministro Juan Fernando Cristo le reprochó en la revista, entre otros, su defensa a las “gabelas que concedían a las cabezas de las Farc” tras la firma del acuerdo de paz con el gobierno Santos; sobre la representante María José Pizarro recordó que es “hija de guerrillero [Carlos Pizarro] que secuestró y mató para alcanzar sus fines, y el país lo perdonó sin exigirle nada a cambio”.

En su artículo de opinión, la comunicadora ironizó también sobre el hecho de que, a su juicio, no se hubiera “armado escándalo”, por ejemplo, con el nombramiento de Carlos Franco, exguerrillero del EPL, como director de Derechos Humanos en la Vicepresidencia [durante el gobierno de Álvaro Uribe, según La Silla Vacía].

En sus críticas en Semana incluyó, además, al exconcejal de Bogotá Carlos Roberto Sáenz, hermano de ‘Alfonso Cano’, abatido comandante de las Farc; a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López; y a “periodistas que se pasaron cuatro años tildando de guerreristas e indolentes a quienes no comulgábamos con la impunidad que otorgaban a las Farc”.

No obstante, Hernández-Mora aclaró en su columna que para ella la mencionada designación también “resulta una afrenta innecesaria para los que padecieron las atrocidades del exjefe paramilitar [Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’] y siguen esperando respuestas”.

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Sobre este mismo asunto se pronunciaron otros columnistas como Alfonso Cuéllar, también en Semana, y Ramiro Bejarano, en El Espectador.

Cuéllar fue precisamente uno de los que lamentó la designación del hijo de ‘Jorge 40’, al recordar el prontuario delictivo del exparamilitar, el cual incluye, según testimonios de Justicia y Paz citados por el columnista en el semanario, más de 30.000 víctimas.

“Por obvias razones, la oposición no cree en la buena fe, sino en una provocación (…). Es difícil pensar que el nombramiento de su hijo en el Ministerio del Interior sea un mensaje de paz”, manifestó Cuéllar en contraposición a lo dicho, en medio de la polémica, por Alicia Arango, jefe de esa cartera.

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Bejarano, por su parte, también enfocó su crítica hacia la defensa y ratificación que la ministra hizo de Jorge Tovar Vélez en el cargo.

“¿De qué habla, entonces, la ministra Arango cuando pretende erigirse en prócer de la reconciliación, porque por convicción y proximidad ideológica nombró al descendiente de un jefe paraco?”, se preguntó Bejarano en el periódico bogotano.

El columnista además criticó a Arango porque, a su juicio, ella “no tuvo en cuenta (…) que el problema de Tovar es que estará impedido o podrá ser recusado [en su nuevo cargo] en las actividades que aun de manera indirecta involucren a víctimas del paramilitarismo, que son millones”.