En su columna en El Espectador, Ramiro Bejarano dijo que “el primer error garrafal en que incurrió [Iván] Duque al iniciar su período fue entregarle al uribismo —con semejantes antecedentes— la seguridad, la inteligencia y la fuerza pública”.
Respecto a los “antecedentes”, el periodista se refirió a cómo, según él, Álvaro Uribe terminó su mandato en la Gobernación de Antioquia [1997] “en medio de un escándalo regional cuando se establecieron numerosas “chuzadas”, curiosamente a defensores de Derechos Humanos”.
En su artículo de opinión, Bejarano también recordó las investigaciones que enfrentaron varios funcionarios del gobierno Uribe, durante su mandato presidencial [2002-2010], por interceptaciones ilegales a magistrados, periodistas y líderes de oposición, así como las consecuencias de esos escándalos: el cierre del DAS y las condenas contra sus entonces directivos, Jorge Noguera y María del Pilar Hurtado.
“El ADN del uribismo está en la retina colectiva y es el de que, cada vez que ha estado en el poder, se enreda en faenas indebidas contra la democracia”, dijo el columnista no sin antes recordar otro caso de ‘chuzadas’ cercano al uribismo: “la operación Andrómeda, con la que se vigilaba a los voceros del proceso de paz de entonces y en la que estuvo involucrado un hacker contratista de la campaña [a la Presidencia en 2014] de Óscar Iván Zuluaga”.
Para el opinador, “quiérase o no, el Gobierno es el mayor sindicado” en el escándalo de presuntas chuzadas que, según lo denunciado recientemente por la revista Semana, estaría adelantando el Ejército Nacional, en cabeza del general Nicacio Martínez, entonces comandante de la institución.
Al respecto, Bejarano cuestionó que Martínez “pretenda silenciar a quienes opinen sobre estas gravísimas faltas con una avalancha de denuncias penales temerarias o querellas civiles”, esto en alusión al rechazo del excomandante del Ejército frente a su presunta responsabilidad en las chuzadas y su anuncio de acudir a instancias legales para aclarar este tema.
Para el periodista, Nicacio Martínez salió del Ejército “por la puerta grande, cuando ha debido salir por la de atrás, solo porque contó con la complicidad presidencial y la del nuevo ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, el charlatán del régimen”.
De acuerdo con Bejarano, esto último, así como la defensa legal anunciada por Martínez, son una estrategia de Gobierno que se complementa con anuncios como el del presidente Duque sobre su petición de aplicar “sanciones ejemplares” a las posibles “manzanas podridas” dentro del Ejército.
“Ahora judicializarán el ruido y como la Fiscalía nunca encuentra una grabación, entonces todo lo convertirán en un bochinche mediático, cuando lo que han hecho es abusar del poder y delinquir”, es la conclusión a la que llegó Bejarano en El Espectador respecto a lo que, considera él, pasará con las supuestas investigaciones sobre espionaje en las que estaría involucrado el Ejército.
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