Escrito por:  Redacción Nación
Jun 10, 2025 - 2:51 pm

Cali vivió momentos de tensión el 10 de junio de 2025 debido a tres explosiones que se registraron de forma casi simultánea en distintos puntos de la ciudad. Los ataques ocurrieron en los Centros de Atención Inmediata (CAI) ubicados en los barrios Meléndez, Los Mangos y Manuela Beltrán, dejando un saldo trágico de al menos dos víctimas mortales y múltiples lesionados, entre ellos una menor de cinco años que sufrió heridas de gravedad.

Según el informe presentado por Noticias RCN, una de las situaciones más preocupantes fue el caso de un adulto mayor de alrededor de 70 años que perdió la vida en el acto, mientras que su nieta resultó gravemente afectada. La menor, que fue remitida al Hospital Mario Correa Rengifo, llegó con graves lesiones en ambos brazos, específicamente en el izquierdo, donde el hueso quedó expuesto debido al impacto.

La explosión que más conmocionó se presentó en la zona comercial del barrio Meléndez, donde una motocicleta cargada con explosivos fue activada en vía pública. Esta acción desató el cierre temporal de numerosas tiendas, supermercados, colegios y restaurantes por el temor a nuevos ataques y los daños materiales sufridos por la detonación.

Juan Carlos Corrales, gerente del Hospital Mario Correa Rengifo, entregó detalles sobre el estado de salud de la menor y confirmó que varias personas heridas ingresaron al centro asistencial tras los atentados. Entre las víctimas fatales también se reportó el fallecimiento de un hombre que trabajaba como cuidador de motos, mientras que otra persona que se encontraba cerca del sitio solo experimentó una lesión leve.

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Testigos presenciales relataron la angustia vivida durante los momentos posteriores a la explosión. Juan Pablo Llanos, quien se encontraba cerca del lugar en el momento del ataque, narró: “De un momento a otro yo me corrí y estalló (…) sonó impresionante. Me cayó una esquirla y me quedó pegada en la camisa, me hizo un huequito; Dios me cuidó”. El impacto emocional y la confusión generalizada llevaron a que muchos de los afectados buscaran resguardo en viviendas aledañas, mientras solicitaban ayuda para los heridos.

Los comerciantes del sector fueron algunos de los más perjudicados. “La señora que vendía tintos, minutos y dulces aquí, está herida. También salió afectado otro compañero que vende jugos. Todos los vendedores en este sector somos víctimas”, comentó uno de los trabajadores de la zona, evidenciando el nivel de afectación a la vida diaria y al comercio local.

Las autoridades iniciaron de inmediato las investigaciones pertinentes para esclarecer la autoría de estos ataques y reforzar la seguridad en las áreas afectadas. La ola de atentados provocó pánico entre los ciudadanos y una fuerte reacción tanto de cuerpos de socorro como de la Policía Metropolitana de Cali, que se encargaron de coordinar las labores de atención y limpieza tras las detonaciones.

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