El pasado 8 de noviembre del 2021, los habitantes del barrio Macarena Alta se quedaron anonadados ante la llegada del proyecto ‘Zona G’, área de Desarrollo Naranja que tiene la capital del Tolima enfocada en la gastronomía. Con una extensión de 16.47 hectáreas, esta zona comprende los barrios Macarena parte Alta y Baja, Cádiz, Montealegre y Magisterio.

Al evento de inauguración llegó el Alcalde Andrés Fabián Hurtado, la Viceministra de Creatividad y Economía Naranja, Andrea Padilla; delegados del Ministerio de Cultura y otros funcionarios de la Administración Municipal. Hubo músicos invitados, cierre de calles y una muestra gastronómica en la cuadra del barrio, sin embargo, varios habitantes manifestaron que nunca se les socializó de qué trataba la dinámica empresarial.

Con el paso de los meses, desde un convenio que se generó entre la Universidad de Ibagué y la Administración Municipal, a través del programa Ibagué Cómo Vamos, algunos delegados hacen actividades de seguimiento, socialización y caracterización sobre la zona, analizando cuestiones de percepción entre los residentes, visitantes y comerciantes.

Sin embargo, alrededor de la zona se presentaron varias irregularidades con temas de movilidad, basuras, contaminación auditiva y la ‘nula’ intervención en la infraestructura del parque principal del barrio.

Consensos con la Administración

La principal controversia con el tema del distrito gastronómico radicó en su momento por la falta de socialización que hubo en la comunidad a la hora de implementar la estrategia en el sector. Varios habitantes se quejaron de que cuando se inauguró el proyecto, nunca se consultó con la comunidad, pintándolo como una ‘imposición’ por parte de la Administración.

Poco a poco, este tema se fue subsanando a través de la JAC, pero a día de hoy persisten algunos disensos entre la comunidad. “Hay personas que están de acuerdo con esto y otras que no. En su momento, la Alcaldía simplemente llegó e inauguró el proyecto. Aunque no hubo una socialización, la Administración después se disculpó”, acotó la presidenta JAC.

Greis Cifuentes, secretaria de Cultura, pronunció al respecto que “Ibagué Limpia hizo un proceso de sensibilización con comerciantes para que arrojen los desechos en los horarios dispuestos para la recolección de basuras. En los próximos días, se hará otra jornada con Interaseo, Ibagué Limpia y la Policía Nacional. Además, el miércoles 23 habrá una reunión con todos los residentes para charlar sobre estos temas”.

Y complementó que “hubo una socialización en el restaurante El Tigre, estuvo también Secretaría de Desarrollo Económico y miembros de las JAC de la zona. Y también por eso la demora de nosotros sobre tener acciones concretas porque precisamente seguimos en los temas de la encuesta de percepción para traer las acciones que el sector necesita”.

Problemas de basura

Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA. Basuras frente al restaurante Tango.
Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA. Basuras frente al restaurante Tango.

Frente al restaurante Tango, inaugurado sobre inicios del presente año, un cúmulo de basuras permaneció en horas de la mañana, situación que aprovecharon los chulos para alimentarse de los desperdicios.

Edgar Martínez, habitante del barrio, comentó al respecto que “el problema de las basuras empezó cuando llegaron los restaurantes. Los establecimientos empezaron a arrojar la basura en una caneca en el parque que, a propósito, se va a caer porque no está adecuada para toda esa cantidad de residuos. A muchos restaurantes se les ha manifestado la solicitud de tener un mejor manejo de las basuras pero no todos hacen la labor”.

Y agregó que “ahora para sacar a pasear a los perros toca estar pendientes porque ellos van derecho a hurgar entre los desperdicios que dejan los negocios de comida. Los comerciantes no madrugan, entonces ellos no ven el reguero de basura ni los chulos que vienen a rodearla”.

¿La calle como parqueadero?

Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.
Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.

Con la inauguración del distrito, varios ibaguereños acuden al barrio para aproximarse a los restaurantes que están dispuestos en la zona, sin embargo, esto también generó un problema de movilidad importante pues varios compradores estacionan sus vehículos de lado a lado, ocasionando inconvenientes de movilidad en la zona.

Al respecto, Ruth Mesa, quien es presidenta JAC de la Macarena Alta, manifestó que “hay mucha gente que está de acuerdo con el tema de la ‘Zona G’ tanto como otros que no. Pero alrededor de eso, también se sabe que hay que mejorar en algunas cosas específicas como lo es el tema de movilidad. Los que vienen a comer a los restaurantes simplemente se estacionan a los lados de la calle y entran a comer, lo que hace difícil el tránsito”.

Cabe señalar que, frente a la situación, algunos hogares dispusieron letreros para prohibir el aparcamiento de automóviles en la calle pues, en algunas ocasiones, estos obstruyen la entrada a los garajes de las residencias. La comunidad invita a las unidades de tránsito a hacer un seguimiento en la zona, pues en el sector existen dos parqueaderos dispuestos para tal menester.

El ‘ruido’ en la madrugada

 

Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.
Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.

Otras de las denuncias tienen que ver con el ruido excesivo que hay en la zona en algunas ocasiones. Martínez denunció que “algunos restaurantes exceden el tiempo de apertura de su negocio y cierran sus puertas a altas horas de la madrugada. En un principio ellos ponían música muy fuerte, por lo que tuvieron problemas con las personas que vivían enseguida del restaurante. Por otra parte, algunos tienen unos extractores que hacen un ruido importante que, a veces, dura toda la noche prendido dificultando el descanso”.

‘Zona G’ sí, pero infraestructura también

Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.
Juan Montoya Prada / EL NUEVO DÍA.

La última intervención que tuvo el parque del barrio fue durante la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo. Con la llegada del proyecto empresarial, varios habitantes creyeron que habría una rehabilitación en el barrio, sin embargo, hasta el momento lo único que se instaló fue una placa en donde aparece el nombre del proyecto y el nombre del Alcalde. Al respecto, Martínez refirió que “cuando vino la Administración, lo único que instalaron fue la placa del Alcalde el día en que se inauguró oficialmente el distrito gastronómico. Hace un tiempo se remitió una petición para arreglar las bancas del parque pero no pasó nada. Días antes de la inauguración de la dichosa ‘Zona G’, vinieron y pintaron las bancas que estaban desbaratadas, únicamente para que se vieran bonitas. Las bancas se fueron dañando por cuenta de robos de sus piezas metálicas, y han estado así desde hace más de 8 meses”.