La tesis sobre la importancia de Alfonso Prada para sacar adelante la agenda legislativa del Gobierno en el Congreso es planteada por la revista Semana, que hace un recuento de las acusaciones de María Andrea Nieto, quien lo sucedió en la dirección del Sena, y que le costaron el puesto.

Antes de salir del cargo, Nieto cuestionó 35 obras de infraestructura en sedes regionales, por un valor de 287.671 millones de pesos, “y presenta problemas que van desde significativos retrasos en obras, fallas en la interventoría, anticipos irregulares hasta presupuestos desbordados”, dice Semana.

Pero Semana dice que el contrato más cuestionado, por 18 mil millones, es uno suscrito con 4/72 Servicios de Envíos de Colombia, cuya gerente, Adriana Barragán es la pareja de Prada.

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4/72 subcontrató 2.700 millones para poder cumplir, y pregunta Semana: ¿qué pasó con los 15.300 millones de diferencia? ¿Por qué el Sena contrató con una contraparte que no le garantizaba la ejecución?

Dentro de los proyectos que debe sacar adelante Prada para el Gobierno están los que tienen que ver con la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, como la Justicia Especial para la Paz (JEP).

“Hasta el momento, el papel de Prada ha resultado eficaz: los congresistas lo ven como un interlocutor confiable”, dice Semana.

Y esos congresistas lo que buscan es más ‘mermelada’, más de la que hay.

El problema es que la permanencia de Prada en el cargo no solo depende de la decisión del Presidente; La Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría ya están evaluando las denuncias de Nieto.