Es cierto, es un problema dentro de la Iglesia, ha habido clérigos que han hecho esto… Ha habido sacerdotes y también obispos que han hecho esto“, dijo Francisco sobre las denuncias de abusos de algunas religiosas.

El suplemento femenino del diario vaticano ‘L’Osservatore Romano’ dedicó su número de febrero al caso de los abusos sexuales y de poder a las religiosas y su directora, Lucetta Scaraffia, pidió a la Iglesia no ignorar esta situación de opresión hacia la mujer.

El pontífice además aseveró que este problema sigue vigente: “Yo creo que todavía se hace. No es que se acabe cuando te das cuenta. La cosa sigue adelante“.

Los abusos físicos, mentales, sexuales que generaron suicidios, problemas mentales y anorexia, fueron denunciados por la comunidad francesa de monjas Saint Jean, fundada en 1975 por el sacerdote francés Marie-Dominique Philippe.

BBC aprovechó esta coyuntura para entrevistar a dos exnovicias que contaron sus experiencias sobre los abusos que sufrieron por parte de otros religiosos.

Rocío Figueroa, actualmente una teóloga y conferencista peruana, explicó al medio inglés que se metió a la vida religiosa porque vivía en una zona muy pobre, pero a los pocos días que ingresó, fue abusada por el que había sido designado como su “guía espiritual”.

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“Tenía 15 años. Un día nos pidió a todas a las que nos estábamos formando que fuéramos a una clase de yoga. Eventualmente pasamos a sesiones personales, en las cuales él decía que iba a ayudarme a desarrollar autocontrol sobre mi sexualidad“, dijo a BBC.

“Yo era muy ingenua, no tenía ningún tipo de experiencia previa. Empezó a tocarme, y yo pensaba (equivocadamente), que eso estaba bien, y que yo era la malvada. Me sentía culpable y desorientada… Nunca me violó, pero sí abusó de mí. No pude darme cuenta de eso hasta que tuve 40 años”, agregó.

Doris Wagner-Reisinger es la otra exmonja que decidió romper su silencio luego de ver y sufrir constantes abusos de los curas, que aprovechaban su situación de líderes para aporvecharse.

En su relato, el abuso sexual fue antecedido por lo que ella llama un “abuso espiritual”: “No me dejaban leer nada ni hablar con nadie, perdí confianza y me volví una persona débil“, expresó al rotativo inglés.

“Un sacerdote de la congregación empezó a acercarse a mí cada vez que me veía sola. Después empezó a entrar a mi habitación, y se quedaba ahí, hablando… Con el tiempo, empezó a abrazarme, y luego ya venía y, sin decirme nada, me sacaba la ropa y empezaba a violarme“, detalló Wagner-Reisinger

“Estaba en shock. Entendía lo que estaba pasando, pero no lo podía creer. Sabía que no estaba bien, y no quería que pasara, pero estaba convencida: es un sacerdote, esta es una comunidad sagrada, esto es imposible”, agregó a BBC.