Sin embargo, lejos de ser una experiencia agradable, el hecho fue más bien fuente de angustia, ya que el viento alcanzó velocidades de hasta 100 kilómetros por hora. Además, el aire era imposible de respirar, por lo que los habitantes tuvieron que buscar refugio, informa La Vanguardia.

Hadi Hadinasab, director del departamento de manejo de crisis de la localidad, dio un parte positivo luego del incidente, que por fortuna no dejó víctimas mortales y solo redujo la visibilidad, aunque también dejó a varias personas sin servicio eléctrico.

El citado medio no especifica qué tipo de heridas sufrieron los afectados. La agencia rusa Sputnik, que también hizo eco de la información este miércoles, tampoco aclaró de qué tipo eran las lesiones ni la gravedad de ellas.

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Ya en 2014, otra tormenta de arena de grandes dimensiones había afectado Teherán, la capital del país. En esa ocasión el hecho fue tan grave que 4 personas murieron y otras 30 quedaron heridas. Además, gran parte de la ciudad quedó totalmente oscura y hubo varios problemas de tráfico, según informó en su momento BBC.