Aún horrorizada por una noche “infernal”, una mujer explica el calvario vivido por las personas atrapadas en el: “Desde mi casa, oía a la gente gritar: ‘¡Sálvenme!'”.

Esta joven, que no quiere dar su nombre, sigue temblorosa y en su cara se refleja una expresión de terror, después de que este incendio, aparentemente intencionado, que se produjo en un edificio de ocho plantas de un acaudalado barrio del oeste de la capital, además provocara heridas y quemaduras a unas 30 personas, incluidos seis bomberos.

“Vivo en el edificio de al lado y vi la segunda escalera en llamas, percibí el olor…”, explica.

“Vi a los bomberos que subían y bajaban y el infierno de este fuego que no se apaciguaba nunca. Lo apagaban y volvía a encenderse”, agrega.

Esta vecina vio a residentes del edificio encaramarse a la ventana suplicando: “¡Sálvenme, ayudénme!”.

Ante la violencia de las llamas, algunos habitantes de este inmueble de los años 1970 se refugiaron en la azotea. Stephanie, otra vecina, declaró: “Vi a gente que tenía a la muerte enfrente (…) Escuché gritos horribles”.

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Nicolás, otro vecino, contó: “Al principio pensamos que era una pelea, oímos gritar a una mujer muy fuerte. Estaba gritando, gritando y salimos afuera y el edificio ya estaba en llamas”.

Los bomberos tuvieron dificultades para acceder al foco del incendio, puesto que la entrada del edificio da sobre un patio interior, relató el capitán Valérian Fuet, portavoz de la Brigada de bomberos de París: “No pudimos utilizar las escaleras integradas de los camiones, por lo que tuvimos que utilizar las escaleras de mano”.

Algunos vecinos llevaron agua a los bomberos mientras se veían cómo se turnaban. Hicieron falta más de cinco horas y la intervención de unos 200 bomberos para controlar el fuego.

“Tenían los camiones, las grandes escaleras, pero no podían hacer nada. Después colocaron extensiones y más extensiones, mangueras y más mangueras (…) todos los pequeños recursos”, explica Nicolás.

“Uno ve esto, huele el olor (…) Se da cuenta de que es en el edificio de al lado y de que me podría haber sucedido a mí”, suspira una joven vecina que insiste en permanecer en el anonimato.

Una residente del edificio con “antecedentes psiquiátricos” fue detenida, según el fiscal de París, Rémy Heitz.