Los implicados son 2 menores de edad, de 13 y 16 años, de origen rumano, que alcanzaron a apropiarse de 10 teléfonos a lo largo de 3 días, durante el pasado puente festivo decembrino. Cada uno de los dispositivos tiene un costo estimado de 1.000 euros (casi 3’500.000 pesos colombianos), informa El Mundo.

A pesar de que el robo total es mayúsculo (a ‘vuelo de pájaro’, debe ser equivalente a 35 millones de pesos colombianos), los jóvenes ladrones no tienen mucho que temer, ya que el de 13 años es inimputable, mientras que su cómplice, que es mujer, solo puede ser juzgada por la Ley del Menor, lo que significa que su castigo, en caso de que se le aplique, será mínimo, agrega ABC.

La policía española sospecha que detrás de los robos hay personas adultas que usan a los menores como herramienta para conseguir los costosos teléfonos, conscientes de que en caso de ser descubiertos, los niños no podrán ser juzgados con dureza, explica La Vanguardia.

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La forma de operar de la pareja de niños a la hora de robar era así: entraban a la céntrica tienda cuando no había ningún vigilante y, sin dudar, buscaban los iPhones más costosos (especialmente iPhones 8 y iPhones X) y empezaban a morder el cable que los mantiene fijos en las bases que hay ubicadas en las mesas del establecimiento.

Lo extraño es que cuando alguien jala el cable de seguridad, debería sonar una alarma que advierta a los funcionarios que alguien está tratando de robar. Sin embargo, las investigaciones creen que tal vez la saliva hace que ese sistema no funcione como debería.