Antes de raparlos con grandes tijeras, los manifestantes contrarios a la reforma educativa impulsada por el gobierno mexicano obligaron a al menos seis de los docentes -la mayoría de la tercera edad- a pasear descalzos con un cartel que decía “traidores a la patria” por las calles del municipio de Comitán de Domínguez, en el empobrecido estado de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala.

“Nosotros quedamos en medio. Por un lado las autoridades nos presionan y por otro lado están los maestros y las organizaciones” contrarias a la reforma que nos agreden y humillan, dijo a la AFP Armando Castellanos, uno de los afectados, que lleva cerca de 50 años trabajando como maestro.

La secretaría de Educación condenó categóricamente en un comunicado “la violencia” que atribuyó a integrantes de la corriente radical del sindicato de maestros, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y a organizaciones afines en contra de los directores escolares “que cumplían con las acciones legales” de notificar los maestros “que han faltado por más de tres ocasiones a sus labores docentes”.

Y advirtió que los agresores serán dados de baja inmediatamente del servicio público y deberán responder ante tribunales.

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Chiapas es uno de los estados que más firmemente se ha opuesto a la reforma junto a empobrecida Oaxaca y Michocacán donde, desde hace meses, los maestros radicales se manifiestan por creer que la norma no tiene en cuenta las particularidades del trabajo docente en zonas rurales y que acaba con sus derechos laborales.

Con el objetivo de mejorar los pobres estándares educativos de México, el gobierno de Enrique Peña Nieto promulgó la reforma educativa en 2013 esperando que rompa con la regla no escrita del sistema educativo de que las plazas de maestros son heredadas o vendidas dentro del sindicato.

AFP