Cinco de los acusados estaban presos en una prisión del distrito sur de Carolina del Norte y chantajeaban a integrantes del ejército estadounidense por medio de los celulares que ingresaban como contrabando a la cárcel, explicó el New York Times.

Las otras 10 personas están en las calles pero se les encontró evidencia para culparlos de complicidad.

Los responsables crearon perfiles falsos de menores de edad en redes sociales y sitios de citas para enviarles textos y fotografías de desnudos que encontraban en internet, explicó Sherry Lydon, fiscal de los Estados Unidos para el distrito en una rueda de prensa.

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Luego de esto, fingían ser el padre de la niña u otra persona para exigirles dinero a cambio de no revelar la información a sus superiores y para pagar el tratamiento psicológico causado por el supuesto trauma que le produjeron los mensajes sexuales explícitos.

“Los militares pagaban por miedo de perder sus carreras por poseer lo que se les hizo creer que era pornografía infantil”, dijo Drew Goodridge, un agente especial del Servicio de Investigación Criminal Naval, citado por el diario neoyorquino.

Las autoridades revelaron que al menos 442 miembros del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y el cuerpo de Marines, entre otros, cayeron en esta red de extorsión, en la que otras 250 personas estarían vinculadas.

Sin embargo, las autoridades o los medios estadounidenses no se refirieron a si estos militares serán investigados por intercambiar mensajes y fotografías de alto contenido sexual de estas niñas. Pues, pese a que no eran mujeres reales, muchos de ellos abrían accedido a las conversaciones y a intercambiar desnudos con menores.