Los ejercicios aéreos efectuados, llamados “Vigilant ACE“, “buscan mejorar la capacidad operativa combinada de los dos países tanto de día como de noche y en cualquier condición meteorológica”, explicó un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.

El plan involucra a más de 230 aviones, incluyendo cazas furtivos F-22 Raptor, y movilizará a decenas de miles de tropas.

Aunque los ejercicios tienen una frecuencia bianual y estaban ya planeados antes de que Corea del Norte realizara el pasado miércoles su último ensayo de misiles balísticos, es muy poco habitual que el Pentágono lleve a cabo un despliegue de esta envergadura.

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Durante las maniobras los aliados simularán ataques sobre falsas instalaciones nucleares surcoreanas y plataformas autopropulsadas como las que usa el régimen de Pyongyang para desplegar sus misiles.

Todo este operativo se enmarca en el acuerdo refrendado en octubre entre Washington y Seúl para incrementar el “despliegue rotacional” de activos estratégicos estadounidenses en la península coreana con la meta de presionar a Pyongyang para que retorne a las conversaciones para su desnuclearización.

Durante el fin de semana, Rodong, periódico del partido único Corea del Norte, denunció estas maniobras. “Es una provocación abierta, a todos los niveles, contra Corea del Norte, que podría desembocar en una guerra nuclear en cualquier momento“, señaló el rotativo en su editorial.

“Los belicistas estadounidenses y su marioneta surcoreana harían bien en recordar que su ejercicio militar dirigido contra Corea del Norte será tan estúpido como un acto que precipite su autodestrucción”, agregó.

La elección de Trump como presidente de Estados Unidos ha tensado las relaciones y agitado la amenaza de un conflicto, más de seis décadas después de la Guerra de Corea (1950-53) que dejó en ruinas a la península.

Con EFE y AFP