El papa Francisco hizo esas apreciaciones en su reunión en la catedral de Santa María en Dublín (Irlanda), a donde llegó este domingo para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.

“El matrimonio donde no se pelea es un poco aburrido” y “pueden volar los platos, pero el secreto es hacer las paces” y nunca irse a dormir enfadados, “porque el problema es la guerra fría del día siguiente”, dijo sabiamente el máximo jerarca de la iglesia católica.

“Arriésguense (a casarse) porque el matrimonio es un riesgo, pero es un riesgo que vale la pena”, aseguró Francisco, mientras escuchaba los testimonios de algunos matrimonios.

El papa argentino también mencionó que un matrimonio “dura toda la vida” cuando crece el “amor” y que el amor es cuando decimos “eres mi media naranja”.

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Además, aprovechó ese momento para contar un recuerdo de su infancia cuando tenía 5 años y vio en el comedor a su padre, cansado, que llegaba del trabajo y besaba a su madre, por eso pidió que los hijos vean a sus padres que se besan y se quieren.

También criticó las nuevas relaciones y manifestó:

“Es fácil ser prisioneros de la cultura de lo efímero […]. Hoy no estamos acostumbrados a algo que dure realmente toda la vida. Las promesas se hacen, pero con frecuencia no se cumplen o se rompen”.

Y explicó que “no habrá una revolución de amor sin una revolución de la ternura. Que, con su ejemplo, sus hijos puedan ser guiados para que se conviertan en una generación más solícita, amable y rica de fe, para la renovación de la Iglesia y de toda la sociedad irlandesa”.

También invitó a que los niños hablen con sus abuelos, porque “ninguna familia puede crecer si olvida sus propias raíces”.

Francisco continuará hoy con los actos del Encuentro Mundial al asistir a una vigilia con las familias en el Croke Park.