El aviso, de al menos 3 metros de altura, fue desplegado en una de las graderías principales del estadio, incluso cubriendo parte de una valla publicitaria que había instalada. El árbitro del juego, Joe West, les dio aviso a la policía y otras autoridades, que finalmente decidieron retirarla, informa The New York Times.

El artículo continúa abajo

Pese a que los 4 responsables de la instalación del aviso fueron retirados del escenario deportivo, no hubo ningún arresto por los hechos, que causaron una justificada indignación. De hecho, los Red Sox publicaron un comunicado en el que decían:

“Durante la cuarta entrada del juego de esta noche, 4 aficionados desplegaron una pancarta sobre un muro, en violación de la política del club, que prohíbe instalar signos de cualquier tipo en el estadio”.

Uno de los que pusieron el mensaje en el estadio envió anónimamente un comunicado a varias organizaciones, en el que decía que son un grupo de “manifestantes blancos antirracistas” que querían recordar que de la misma manera en que el béisbol es fundamental para la historia de Estados Unidos, el racismo lo es también.

Según The Guardian, en el mensaje el grupo aclaró que no hace parte de ninguna colectividad en particular; sin embargo, aseguró que todos sus miembros trabajan con varios grupos en Boston que combaten el supremacismo blanco y el racismo.

ESPN recuerda que esta no es la única vez que el estadio de Boston se ha visto implicado en episodios racistas. En mayo pasado, Adam Jones, jugador de los Baltimore Orioles, recibió varios insultos racistas en ese mismo escenario durante un partido con los locales Red Sox. El equipo de casa tuvo que ofrecerle disculpas al deportista por los hechos.