En la última edición de la serie de Action Comics, que ha publicado las aventuras de Supermán desde 1938, el ‘hombre de acero’ interviene para detener a un obrero desempleado cuando se dispone a matar a unos inmigrantes.

Con camisa azul y bandana con los colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense, el bigotudo villano representa todos los clichés del trabajador estadounidense pobre.

Con un arma en la mano, amenaza a mujeres de velo y arremete contra trabajadores hispanos, a quienes acusa de robar su empleo.

“Trabajan por poco, no hablan inglés así que no pueden reclamar o siquiera pedir un centavo más. ¡Me cuestan mi trabajo! ¡Mi modo de vida! Y por eso… van a pagar”, dice, abriendo fuego.

Justo en ese momento aparece Supermán, desviando las balas de su pecho, para salvar el momento.

“La única persona responsable de la oscuridad que sofoca tu alma eres tú”, le dice el héroe de capa roja al supremacista blanco.

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El episodio evoca la reciente violencia en manifestaciones de extremistas de derecha en Estados Unidos.

En agosto, una mujer de 32 años murió tras ser arrollada por un simpatizante nazi que embistió su vehículo contra una multitud luego de una manifestación de extremistas de derecha que se tornó violenta en Charlottesville, Virginia.

En 2015, Dylann Roof, un supremacista blanco, mató a nueve feligreses negros de una iglesia en Charleston, en Carolina del Sur.

Las historietas estadounidenses con frecuencia han reflejado asuntos sociales contemporáneos.

Marvel Comics, por ejemplo, lanzó una nueva versión del ‘Hombre Araña’ en 2011 en la que el héroe arácnido era mitad negro y mitad latino, dando cabida a una minoría de más de 50 millones de personas en Estados Unidos.

En 2016, en medio de la campaña antiinmigrante del ahora presidente Donald Trump, DC Comics publicó una miniserie de siete ejemplares llamada “Supermán: un extranjero estadounidense”.

En ella, Kal-El (el verdadero nombre de Supermán) tiene problemas para reconciliar sus orígenes extraterrestres con su nueva vida en la Tierra.

Es que Supermán es, de hecho, un inmigrante: abandonó su destruido planeta Krypton cuando era un bebé y fue adoptado por una pareja estadounidenses en Kansas, el corazón rural del país.

Los creadores de la historieta, Jerry Siegel y Joe Shuster, eran ambos judíos de ascendencia europea, y la historia de Supermán evoca el éxodo de inmigrantes europeos que buscaban paz y prosperidad en Estados Unidos en los años 30.

Pero a la vez con su infancia en una granja y su traje inspirado en la bandera estadounidense, representa el “sueño americano”.

Con AFP

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